-Pues no lo entiendo- dijo Sam.

- ¿Que es lo que no entiendes?- dijo Joey.

- Todo. Me resulta incomprensible. No lo entiendo. ¿Que es lo que quiere?, ¿para qué nos ha mandado llamar?.

- Lo veremos en su momento. Ahora, ¿por qué no te sientas?. ¿Estas nervioso?. No me iras a decir que estás asustado...

- No, no, no estoy asustado... pero ya sabes como es El. No es normal que nos mande llamar... y mas a estas horas... Oye, Joey, tengo una idea... ¡Vayamonos!. Vamonos antes de que aparezca. Nos iremos en tu coche y estaremos muy lejos cuando quiera darse cuenta.

- Sam... sabes que no podemos huir de El...

- Pero podemos intentarlo... Vamos Joey... Iremos a Mexico... O a Europa... No podrá encontrarnos.

- Tsk tsk tsk... pobre Sam... Mirate, temblando como una hoja. ¿Por que no huyes tu solo, Sam?

- Yo... yo... sabes que no puedo. No puedo huir solo... lo dijo... el doctor... no puedo ir solo... el doctor Smith lo dijo.

- ¡Oh, pobre niño!... ¡pobrecito Sammy, que no puede ir solo!... Estupido, bastardo, gallina... te mereces cien veces lo que El vaya a hacerte, porque no eres mas que un negro gordo y cobarde sin agallas.

- Joey, calla, por favor...

- Gordo, estupido, negro maricón...

- Joey, te lo advierto...

- Estupido hijo de puta, negro estupido...

- Joey...

- Bastardo sin agallas...

Sam no lo resistió mas. Agarró una lampara y se lanzó gritando contra Joey. Pero era gordo y torpe y falló su ataque. Joey era más ágil, y golpeó en la cara a Sam. Sam cayó sobre la mesa, destrozandola. Joey le propinó una patada en el estómago a Sam, y vió como aquel se retorcia por el suelo gimoteando, arrastrandose. "Patetico gordo estupido", pensó. Entonces oyó un ruido. Tras la puerta. Sam empezó a gritar de miedo. La puerta se abrió. Era El. Habia venido.

Los gritos de Sam se volvieron agudos, pero fueron perdiendo intensidad en un gorjeo, convirtiendose casi en vomitos. Sam se retorcia en el suelo, echandose las manos al cuello, abriendo y cerrando la boca. El muy gilipollas se habia mordido la lengua. Joey se echó sobre él, e intentó agarrarsela metiendo los dedos en su boca, pero sintió que serpenteaba entre sus uñas y resbalaba por su garganta.

Joey se levantó, con su mano ensangrentada que goteaba sobre la sudorosa camisa de Sam. Era un estupido, pero sabia apreciar una buena cerveza y disfrutar de un partido de futbol en cualquier bar.

- ¡Está muerto!- dijo de pronto, mirandole a El, que encendia un cigarro con calma- ¡Está muerto!.

- Es comprensible- y soltó una bocanada de humo entre dientes

- Eres un cerdo. Nos llamas sin decir por qué y ahora... dime ¿que quieres?, ¿por que nos llamaste?.

- Queria presentaros a Charlie y a Burt.

- ¿Quien?

- Son mis nuevos socios, los anteriores ya no me servian. Uno de ellos se murió de miedo nada mas verme. Al otro lo tuve que eliminar con mis propias manos. Ya sabes, podria causarme problemas.

- No... no... eres un cerdo... cabrón- dijo Joey mientras El sacaba de su chaqueta un revolver- ¡no...no...no!- Y saltó por la ventana hacia la calle, cinco pisos mas abajo.

EL corrió hacia el marco destrozado y vio a Joey retorcerse en el suelo. Miró hacia el coche e hizo una señal. Las puertas se abrieron y dejaron salir a dos tipos armados. "Buenos chicos", repetia EL con una carcajada.



Cuando llegó el doctor Smith, la policia llevaba alli media hora. Aparcó el coche e intentó pasar la barrera policial que rodeaba el lugar.

- No puede pasar- dijo el policia.

- Soy médico.- El policia le levantó la cinta.

- ¿Quien está al mando?- preguntó el doctor

- El teniente. Es aquel de allá, el de la gabardina.

El teniente era un hombre alto. Sujetaba un cigarrillo y miraba una silueta pintada con tiza en el suelo.

- Teniente- dijo el doctor- soy el que les llamó

- ¿Ah si?

- Si. Soy James Smith. El muerto era... mi paciente.

- ¿Su paciente?, ¿es usted medico?.

- Psiquiatra. ¿Se tiró por la ventana?

- Así es. Cinco pisos, con principal y semisotano.

- ¡Oh, Dios Santo!

- Doctor... usted me explicará todo esto, ¿verdad?

- Si, bueno, verá... Joey Brandston era un paciente mio. Bastante curioso. Llevaba varios años en tratamiento. Ayer se cambió de piso. Yo se lo recomendé. Antes vivia en un piso destartalado de dos plantas.

- Ya... ¿Y se tiró por la ventana para celebrarlo?

- Bueno, no. Joey Brandston tenia un problema de personalidad. Un trastorno disociativo, personalidad multiple, similar a un esquizofrenico paranoide...

- ¿Esquizofrenico?

- Si, algo similar a Don Quijote, ese libro español...

- Lo conozco. Continue.

- Joey se creia un gangster. Imaginaba que tenia dos socios. Creia que uno de ellos era Sam, el pianista de Casablanca, y que el otro era James Cagney... Anoche me llamó a casa. Me dijo que en la tele habia visto "En la Cima del Mundo"...

- ¿Y que?

- Pues que en esa pelicula, James Cagney mataba a sus socios...

- Claro, ahora resulta todo comprensible.