Te estabas muriendo y por fín lo has logrado, no puedo tenerte envidia, pero si me hubieras esperado...
La tos no te soltó y te cansaste de echarla a gritos hasta que tu cuerpo derrotado se rindió, agotado. No comiste sin el apetito que te abandonó a tu suerte y nada pude hacer lejos yo, debí establecer prioridades y calcular posibilidades, pero tarde mañana a tu encuentro llegaré.
No espero recibir nada, en vida me diste suficiente creo yo, aunque reventarle los oidos a mi madre no se me olvide, perfiero que me sepa bueno el perdón que yo no tengo como darte, está como tú, ya en otras manos.
Nos has dejado para recordarte y mantenerte con vida o enterrarte tan pronto se cumplan los requisitos del olvido y la hipocresía de quienes nunca te quisieron, como no supe hacerlo completamente yo, prometo cuidar de tus hermanas, a mi modo pero intentaré hacerlo mejor.
Te dedico unas líneas que nada remedian pero sé te gustarían, y el orgullo llenaría tu pecho dormido de tantas penurias que lo habitaban, haré como que estas conmigo para platicarte de que va mi vida, no te dejaré partir tan facilmente, pero te dejaré descansar, lo juro.
Sé que estará viendome y si no me lo imagino, me servirá de consuelo y seguiré así tus consejos, gracias por lo que hiciste por mí, creo que no hiciste el esfuerzo en vano, intentaré recompensarte. Adios. |