El extraño mal de Teresa no podría encontrarse en ninguna enciclopedia médica y quizás no sería demasiado aventurado sindicar que posiblemente ella sea la única que lo padece. El cerebro humano a veces es pasto de inusitadas reacciones, revoltijos que cambian y desordenan su estructura. En el caso de esta paciente, sus manifestaciones son de tal grado que la afectan en todos los planos de su vida. Vamos a pormenorizar los detalles de esta curiosa etiología. Desde pequeña, Teresa ha debido ser tratada con un cuidado especial y los que la rodean han debido girar siempre en torno suyo para integrarla a esta sociedad. Vamos por parte. Los padres de Teresa son católicos pero han debido cautelar sus creencias desde el mismo momento en que la chica le contradijo al padrecito que Dios había dos y no uno sólo. Ante la mirada atónica del religioso y el espanto de los padres, la chica de tres años cometía un inocente sacrilegio que de todos modos lo era en grado sumo ante los ojos de esa divinidad. Los padres tuvieron que aguantar un tremendo sermón del religioso por no tener el cuidado de enseñarle el sagrado oficio a esa pequeña deslenguada. La cosa pasó a mayores cuando le dijo a su profesora que ella tenía dos padres y dos madres. En matemáticas era un desastre, puesto que para ella dos más dos eran ocho y uno más uno eran cuatro. Recién entonces los padres decidieron tomar cartas en el asunto y la llevaron donde un especialista en trastornos del aprendizaje quien al examinarla no fue lapidario en sus apreciaciones puesto que les expresó que bien orientada, la niña podría a ser una lumbrera en política ya que en ninguna parte se deforman más las matemáticas en general y las cifras en particular que en ese terreno. –Puede llegar a ser una excelente ministra de economía enfocada a las estadísticas.
Los padres, sabedores que esta profesión es una de las más rentables pero la más desprestigiada, prefirieron hacer de Teresa una chica lo más normal posible. Y como les martirizaba que la menor tuviera serias discrepancias con el cura de la iglesia, amañaron todas las cifras para que la chica las tradujese correctamente. Así, la santísima trinidad pasó a tener 1,5 integrantes para que de esa forma, la mente amplificadora de la chica sumara tres, Dios pasó a ser cero y acaso porque el mal de Teresa no era muy ortodoxo con los números, el asunto fue que en su cabeza el cero pasó a ser uno y así consecutivamente, toda la nomenclatura fue variada para que el cálculo mental de la pequeña fuese preciso. La iglesia pudo respirar tranquila al comprobarse que la menor reconocía un solo dios, una sola virgen, una sola crucifixión y por supuesto a la Santísima Trinidad. Desde entonces, Teresa recibió clases particulares de Matemáticas y para ello se contrató precisamente a un ex ministro de economía jubilado, quien acostumbrado a inflar las cifras durante su ejercicio, no fue el maestro ideal para la chica, tanto así que dos más dos ya no fueron cuatro ni dieciséis sino cuarenta y ocho. Este incidente obligó a los padres a despedir al político y preocuparse ellos mismos de impartirle las clases, de tal modo que en poco tiempo la menor pudo transformarse en una alumna aventajada.

Todo esto tuvo su costo ya que el mal se manifestaba en todo orden de cosas de tal suerte que se debieron reacomodar todas las cifras para que la mente de Teresa las catalizara y las transformara correctamente. De ese modo, en Historia, se convino que la fecha del descubrimiento de América era el 6 de Octubre de 746 pero si se planteaba Octubre como cifra, entonces este había acontecido el 6 del cinco de 746 y la gran preocupación de los padres era que de pronto el cerebro de la menor restableciera su orden, convirtiéndose esta en una ignorante generalizada.
Hasta el día de hoy, ello no ha ocurrido y cuando conoció a su cero novio, el le pidió media mano a su padre quien aceptó siempre y cuando la cero boda se produjese en día par y así no tener que ocupar decimales. Lamentablemente, eso no pudo ser posible por incompatibilidades con el registro civil, por lo tanto, cuando a Teresa se le pregunta por la fecha de su boda, ella responde que fue el 25 de Noviembre de 1998 (previo proceso de la cifra 12,5 de Noviembre de 999, si a la joven no se le ocurre numerar Noviembre, ya que entonces esta pasa a ser 12,5 del 5,5 de 999).
Hace poco, Teresa recibió la noticia del cero doctor que tendría cuatrillizos, lo que ella transformó en octillizos, provocando un cero colapso nervioso a su cero marido, quien, repuesto de la alarmante cero nueva, se enteró por boca del mismo cero doctor que en realidad eran cuatro criaturas y no ochos, lo que le produjo un cierto alivio.

El asunto tiende a complicarse ya que en rigor, a Teresa se le deberá procesar que sus hijos son dos para que ella asuma cuatro, lo que irá en abierto desmedro de los menores quienes se sentirán discriminados en su número, salvo que hubiesen heredado el mal de su madre, lo que sería, en este caso, una bendición de Dios…