El laberinto interminable de las compañías ajenas, gira en derredor de la envidia, el rencor y la ignominia, no existen salidas posibles si estoy contigo, me estás asfixiando lenta y empalagosamente, la naturaleza humana me alcanza y un sentimiento natural me invade, me ausento de la colectividad sucia que te rodea.
Alejado de las risas y los gritos que ovacionan mi caída junto a ellos, los miro con desprecio envenenado, sintiendo los diminutivos como molestas moscas me largo enfadado de tu lado, eres demasiado dulce como para tragarte completa, llévate lo que quieras y devuélveme el aire, que el excremento en tu piso me mantiene anonadado.
Pensaba como hacer para salir de este laberinto inacabado como la noche en que quisiste a mi lado quedarte, no entiendes que aunque no lo deseaba, terminé por cansarme de las caricias de tu nombre en mi cerebro disléxico y autista, ahora no puedo salir mas que gritando, que se mueran los mundos conocidos y la poesía que no me sepa tan seca como el dulce de tu agobiante compañía.
No hay salida estoy atrapado, la puerta sólo se romperá con lastimarte, eres la entrada oscura de mis sueños idos tras la sombra de la que nunca sintió tanto asco, no espero lo entiendas del todo, más sí que sepas que es lo conveniente como para no seguir perdiendo el maldito tiempo que como siempre, nunca está de nuestro lado.
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