Escribo porque siento y necesito decir algo, y en las letras que se abrazan tras mi trazo encuentro la forma de sacar lo que tantas vueltas me da por la cabeza, en la mente, pugnando por salir a cada instante, revoloteando impaciente.

Escribo porque no siempre tengo al lado mío a quien contar todo de cuanto pienso, siento y digo, porque tal vez lo hago mejor de lo que en realidad puedo comunicarme frente a alguien, por actitudes tomadas y poses forzadas, intereses no encontrados u ocasiones no atinadas, que sé yo, cuando como rara vez me encuentro por alguien más acompañado.

Tal vez escribo porque me siento como un hoyo, que mientras más le quitas más crece, y siento que mientras más escribo y plasmo, tanto más transmito y entiendo un poco de todo cuanto por mi loca cabeza pasa, como sentimiento de soledad tal vez, amor, cariño, desprecio u ocurrencia somera y simple quizá, o complicada sensación producto de no se qué estímulo será.

También escribo por la trascendencia mía y de mis ideas para conmigo mismo y no de los, con, o para los demás, tal vez para que en ello vean que también soy como ellos y del mismo modo siento, o que se percaten de lo contrario; escribo en contra de mi propio olvido y voluntad, porque me sé transitorio hasta para mi mismo.

Escribo porque se me ocurre, nace y facilita, y no se si califico de bueno lo que hago, pero es bueno si me gusta como suena, al menos para mí, si cumple su objetivo de desfogue y anestesia, porque me gusta y alcanza, reconforta y alimenta a veces, porque me motiva y basta por ahora o en su momento, porque en ello realizo mis deseos o me imagino que materializo mis sueños de modo alguno.

Escribo porque lo hago a mi ritmo y modo como cuando no tengo a quien escribir, y sin embargo escribo pero no en demasía, o como cuando no tengo por quien esperar pero sigo esperando todavía pero no muy esperanzado, es como cuando no lloro por nadie ni por alguien o no lo quiero aceptar, pero lloro aunque con menos sentimiento o melancolía, sin que eso signifique que todo es lindo y rosado pues quien lo lea atentamente lo notará; independientemente de las etapas que atraviese y de si alguien lo considere bueno o basura, más o menos es por eso y el porque de que escribo.