Porque hay que dejar de pensarla. A el le agrada, su sobremanera de actuar, de brillar lo lleva a constatar su autenticidad. Tiembla con solo recordar, las llamas quietas no están, pero el las quiere apagar. Preguntarse si es verdad, si la noche ya incierta va a comenzar, las lagrimas tan vacías están que no se anima a llorar. Acaso será lo que el siente amor, o es la soledad que presente se hace notar, y ausente denota aun mas soledad.
Y Maria solitaria va, el recuerdo comienza a pesar, no quiere olvidar porque definitivamente ella perderá, la tristeza es compañía en la soledad de su vida. Inevitable invocar una ráfaga de amor espiral, que no solo se retuerza dentro de ella sino que también salga a la luz a gozar. Mujer que no logra comprender que un vacío tal vez llena mas que lo lleno de imbecibilidad (invisibilidad) hipócrita. Pensar que si el no vuelve algo obtendrá, la forma de recordar para existir, y no olvidar para borrar.
Y el encuentro pronto a producirse esta, las miradas esquivas se buscan encontrar, pero un dejo de cobardía llamado dignidad, las va a evitar. Y aunque sus manos tiemblan, y el sollozo quiere actuar, todo se detendrá, el destino frenara un impulso tan letal de objetivos por lograr, de cosas que callar y reflejos que tapar. El tiempo se diluye, y la esencia se esfumo, el poder de recuperarla se presento pero fue tan obvio que se perdió.
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