hace unos días atrás, cometi un grave error: enamorarme. Que estupidez más grande y que desborde de humanidad la mía al demostrarle tanto en actos como en palabras, la dicha que me llenaba el pecho. Si, le dije. Pero fue en vano. Ay que tristeza la mía. No quisiera recordar tan doloroso día. Si tan sólo fue ayer!!! podré recuperarme alguna vez? eso espero, porque este dolor se hace intelorable. Hablé y la hoja de vida se marchitó y cayó al suelo humillada y pisoteada. Hablé y la cobija que acariciaba sus mantos de mujer, se desplomaron. Hablé y el tiempo voló hacia la noche, esperando con ello derramar en la tierra un poco de sueños. Hablá, ese fue mi error. Y que me queda por hacer? Sólo una promesa. No hablar más. Adiós voz, adiós palabras. Me despido de ustedes y de la utilidad que algún día le prestaron a mi existencia, la misma que por usarlas, se tiñó de el gris otoñal que llena el cielo en estos momentos. Ahora, sólo me queda decir....