INMERSOS EN LA "CULTURA LIGHT"

Todos lo días, sin advertirlo siquiera, en cada acto que realizamos dentro del grupo social donde nos desenvolvemos, expresamos una manera concreta de relacionarnos con el mundo y con los demás, actos humanos que entretejiéndose a través del tiempo van formando la cultura que caracteriza a cada sociedad. Así, el modo en que se comercializan productos y servicios, las formas de entretenimiento y diversión, la comida que se consume y la forma de cocinarla, el esquema educativo que se sigue en instituciones y familias, el trabajo que desempeñamos y cómo lo hacemos, las celebraciones que se realizan, sean patrióticas, sociales o religiosas, todo en absoluto revela una cosmovisión y una cultura específica. Hoy el denominador común de todas estas formas de relación con el entorno y con los demás que se desarrollan en el mundo entero es llamado: cultura light.

En este fenómeno, hay que señalarlo, la globalización que ha surgido como un producto de los avances tecnológicos juega un papel fundamental, dado que se ha encargado de uniformar en un mismo esquema de vida, el comportamiento de millones de personas, convirtiéndolo en una verdadera vorágine que arrastra todo lo que encuentra a su paso.

Cultura light, términos que señalan una actitud existencial caracterizada fundamentalmente por el enfoque hacia lo exterior, sacrificando toda interiorización, condición indispensable del crecimiento humano. En este sentido, la superficialidad, la ausencia de compromiso y de profundidad en nuestra vida, lo que a su vez se traduce en una incapacidad generalizada para reflexionar y la eliminación de raíz de todo sentido crítico, son la expresión más nítida de esta tipo de cultura que se ha ido generando paulatinamente, fortaleciéndose más y más con los avances tecnológicos que desde la perspectiva antropológica y espiritual han resultado contraproducentes.

La televisión, prototipo perfecto de este tipo de cultura es, sin lugar a dudas, uno de los factores que han protagonizado este estilo de vida que ha desembocado en una crisis de la humanidad que puede resumirse en: superficialidad, consumismo y materialismo. Y es que la mayoría de los programas televisivos y los productos que anuncia no hacen más que empujar al hombre a la inconciencia y el desconocimiento de los valores por los que vale la pena sacrificarse.

Por su parte, “satanizar” el invento de la televisión no sería justo, dado que los beneficios que ha producido al género humano son muchos, baste señalar la capacidad que tienen para comunicar en forma efectiva e instantánea, sin embargo, negar su influencia en la construcción de la cultura que estamos criticando sería faltar a la verdad. Hoy la televisión promueve una cultura de permisividad y de búsqueda del placer a toda costa; del mismo modo, el desborde del hombre a lo exterior sin ninguna base en su interioridad que dé sentido a su caminar por este mundo.

La cultura light es, pues, la cultura de lo liviano, del no-esfuerzo y del culto a la apariencia… Y para no quedarnos en el plano abstracto y conceptual, podríamos echar un vistazo a las expresiones concretas de esta cultura respondiendo a las preguntas: ¿Cuáles son los temas de lectura que interesan a la sociedad actual? ¿Qué tipo de productos se consumen? ¿Cuáles son los medios de entretenimiento que se practican? ¿Qué se hace para divertirse? ¿Cómo es la relación al interior de las familias? ¿Cuáles son los métodos para adquirir riqueza? Revistas que exaltan la búsqueda de la belleza física y el placer, compras que giran en torno a marcas, video juegos que despiertan y desarrollan la violencia y agresividad, búsqueda de ingresos sin basarse en la preparación académica que implica esfuerzo y dedicación, sino en negocios fáciles… podrían ser algunas respuestas no faltas de honestidad.

En resumen, la sociedad actual parece inmersa en la cultura light, no obstante, no sólo se trata de una actitud pasiva, dado que cada uno de nosotros, consciente o inconscientemente participa en este tipo de cultura; así, tendríamos que decir que estamos inmersos y a la vez somos protagonistas, muchas veces con un protagonismo de rebaño o de masa, de esta manera de concebir la realidad.

¿Cómo superar la cultura light? La cultura light en cuanto tal no tiene ojos para verse a sí misma, la más pura expresión de su existencia es vivir inmersos en ella sin siquiera darnos cuenta, de ahí que tomar conciencia de su presencia e influencia es comenzar a declararle la guerra. Esto constituirá el punto de partida para emprender un proceso largo y de esfuerzos que nos vaya llevando a interiorizar para conocernos a nosotros y a los otros, así como el mundo en que vivimos y la existencia de lo trascendente que habla en la naturaleza, despertando el sentido crítico para descubrir los valores que dan sentido a la vida y aquellas situaciones, circunstancias, actitudes e ideas que van en contra de ellos. En este proceso, el silencio y la reflexión son elementos de los que no se puede prescindir y que es necesario cultivar incansablemente. Del mismo modo, la constancia que surge de la convicción de lo que queremos será necesaria para levantarnos una y otra vez en esta lucha que no tiene fin a lo largo de nuestra vida.