Hay un pueblo esplendido, en un rincon magico de Oriente, que tiene atrapado todos mis sueños con sus bellezas naturales y culturales, con sus paisajes que atrapan el lente de cualquier viajante soñador, que crea en la pureza del paisaje que dibuja un pescador con su bote al amanecer, en medio de un mar anaranjado que refleja la salida del sol que inicia un nuevo dia, con nuevos sueños y con las redes cargadas de ilusiones.
Quien se puede resistir a la belleza, a la pureza que representan los niños jugando a la orilla del mar; o al teson y la perseverancia de las mujeres que desde muy temprano se levantan a pilar, amasando verdades con su frente en alto, elevando sus vidas con cada pilada.
Como olvidar la imponencia de un cielo nocturno que se baña de estrellas, que como un terciopelo negro rociado de escarcha plateada se refleja en los pequeños pozos, con una luna que invita a admirarla y que encanta en cada noche a quienes la observan.
Definitivamente lo que hace mas irresistible a este Rincon Oriental llamado Rio Caribe es su gente, tan calida y amigable que con sus costumbres y creencias atrapan en un mundo irreal y magico a las personas que venimos de ciudades donde el ruido no permite escuchar las voces, y menos el dulce trinar de los pajaros. Gente que con sus ocurrencias hacen reir y llorar a cualquiera en un instante y hacen que una temporada se vuelva una Aventura total...