¿Cuan difícil pede resultar el invocarte en sueños, si te sueño cada vez que lentamente cierro los ojos ahora tuyos? Y te dedico con ello la pertenencia de lo que no tengo, de aquello que no pertenece a nadie, ni con los vastos años. ¿Cuan arduo resultar pudiera serlo el intento de adorarte, si todos los ojos te miran y también te adoran, más no como yo? Y pretenden amarte sin conseguir el acercarse siquiera, No por no quererlo más no lo suficiente ni lo bastante o necesario. Te amo. Nunca lo suficiente como para no intentarlo.
Texto agregado el 07-04-2005, y leído por 194 visitantes. (1 voto)