Cuando miró la Luna vio como pequeñas sombras se acercaban por los lados de ella, pensó en lo peor, pero se tranquilizó al ver que por el reflejo de la ventana no había nadie. A veces le gustaba estar “acompañada”, pero como todavía no conocía a ninguno de los que vivían ahí se aterraba al pensar como fuesen a reaccionar “ellos”. Pensó que de verdad se estaba volviendo loca, necesitaba a alguien pero todos le temían y ella le temía a todo, que problema. Cuando intento comunicarse con “ellos” solo siguieron haciendo lo de siempre, pero para peor, con mayor regularidad, lo cual no la dejaba dormir tranquila.
Vivía sola, sus padres la dejaron cuando comenzó sus estudios (incompletos hasta ahora)y no tenían con que pagarlos, tuvo que retirarse. Siempre se veía en la ventana de la casa, en el segundo piso, si uno miraba a veces de reojo, podía ver a sus “acompañantes”, lo cual alejaba mas a la gente del lugar.

Un día se le vio mirando por el pozo que había en el jardín de la casa, jugando con algo que al parecer era una muñeca, se veía feliz hasta que esta cayo al pozo y no pudo recuperarla.
La gente comentaba que era esquizofrénica o autista, al parecer si, pero nunca tuve la certeza, hasta que la conocí. Su nombre era Greez; al comienzo costo bastante acostumbrarse a su silencio y características que muchas veces daban escalofríos.
Luego de un tiempo, ella me habló como si fuera un amigo de siempre, contándome su triste y desgarradora historia y secretos. Recorríamos la casa hablando, durante el trayecto nos sentíamos “acompañados”, lo que inquietaba a Greez y a mi me preocupaba que entrara en pánico.
Después de bastante tiempo fui muchas veces a su casa, cuando un día subiendo la escalera, uno de los escalones se quebró y mi pie paso hacia el otro lado, dejando un enorme hoyo en la escalera. Le dije que no se preocupara que no era tanto y que le prometía lo repararía, hasta cuando vi lo que en el agujero había. Para mi sorpresa, unos cuadros escondidos en el agujero, de algún artista ex dueño de aquella casa tan antigua. Quizás un pintor famoso.
Sin pensarlo y sin pedirle permiso a Greez, termine por romper el escalón completo y saque 3 de los 5 cuadros que ahí estaban. Eran hermosos. El que más me impacto fue uno que representaba una de las tantas penurias que envió Moisés a Egipto según la Biblia, era la del agua convertida en sangre.
Greez me dijo que los sacáramos todos y los vendiéramos, a lo cual respondí asintiendo, pero haciendo una excepción con el cuadro que me cautivo.

Al día siguiente el cuadro estaba en la muralla que daba al frente de la entrada principal, así q cada vez que visitaba a Greez, podía contemplarlo, y cada vez que lo contemplaba veía algo nuevo que me inducía a unas pistas...