Son sombras.
Extraviadas, perdidas,
oscuras sombras en una noche negra.
Son recuerdos en la memoria,
hundidos en la penumbra del semi-olvido,
atrapados en la violenta destrucción
de un sueño que explota,
que quiere ser olvidado,
aunque la memoria se aferre a él,
no queriendo despertar...
Se rehúsa a despertar
a la agonía,
al terrible desenlace de la noche
y el inicio de otro día,
gris y frío como el anterior,
que a su vez muere,
dando vida a una noche más,
de sueños, de estrellas y luna,
en un maldito círculo que le encierra,
queriendo vivir para siempre durmiente,
siempre en la noche.
Noche de sueños,
de estrellas y una luna,
que iluminan la faz de un bello ser,
una blanca musa,
que con su suave mano roza su rostro,
bajo la plateada luz de luna,
y con un beso le despierta...
a un día nuevo,
gris... pero más cálido,
entibiado por un tierno beso de plata...
un día vivido solamente
por la ilusión de volver a la noche
y soñar, nuevamente,
un sueño...
de estrellas, de luna,
y una suave musa de luz...
y su tierno beso de plata...
Bowen Alanos |