¿Sabes? después de todo, creo firmemente que eres una maldita Zath, si y no creo que te sorprenda en lo absoluto, porque a pulso el nombramiento te ganaste.

Porque gritando "Maldita", desperté sin recordar mas nada, pero ahora lo sé, ya recuerdo lo que soñaba; sentí de pronto que me miraba alguien y nada, me abracé las piernas tocándome las frías rodillas, sabiendo mis pies rojos y dedos blancos aún sin verlos siquiera, y estaba temblando.

Recordando la maldita hora en que te has muerto Zath, y yo estaba presente, siguiendo tus deseos dejándome manejar, y tú que me manejas y te alejas de la noche eterna en que me encuentro yo, y tu caminando hacia la luz, hacia el final del túnel, dicen. Cerrando los ojos vi tu rostro feliz y congestionado por el dolor, sin embargo más me pedías, me suplicabas que te siguiera dando.

Al principio yo no quería, pero como me gustaba, me daba calor el sólo verte tendida pidiendo más de lo que nadie te daba, escuchando así tus gritos, pero ahora sólo escucho los míos y nadie viene en mi auxilio ni complace mis súplicas; no se ve nada y desde hace días y horas nadie apaga esa maldita luz, yo sigo con este desgraciado frío y nadie me tira o arroja una cobija siquiera.

No se porqué te hice caso, en el fondo realmente me gustaba, pero cuando nos encontraron tu no estabas, dejaste el cuarto apestando y yo mientras sólo te miraba, solo.

Me cagué de la risa y del maldito miedo, pero no hice nada, me oriné sin moverme únicamente para poderte seguir mirando; no se cuantos días pasaron, pero como hedías maldita seas y yo que no atinaba a entender lo que pasaba.

Para mi mala fortuna, la sangre en mis manos no me pertenecía, y me delató cuando tus cuates llegaron, como no abrí la puerta, la chapa forzaron y entraron, yo no les dije nada pero lo adivinaron, tu cuerpo tendido y lacerado dijo más que mis labios y a nadie le hizo falta explicación alguna después de mi silencio, aquí todos somos culpables hasta demostrar lo contrario.

Ahora es demasiado tarde para hablar, ya decirles todo de nada serviría porque no quieren escucharme, mi oportunidad pasó y ante la ignominia y el oprobio nadie me escucha ahora. Quien va a creer que te apreté para salvarte y no todo lo contrario, a nadie le importa saber que tu sola te golpeaste, y que por querer reanimarte deje marcadas mis manos con tu sangre y en tu cuerpo.

Maldita sea la hora en que te hice caso Zath, hubiera lo que no existe y no te hubiera flagelado, pero no me pude negar, admito que me excitaba ver tu cuerpo tendido, pero después de tanto y todo no creo ser tan culpable como todos dicen, ellos no saben no, no conocen la verdad, ellos no escuchaban tus gritos y tu risa, tampoco tu llanto, eso sólo yo lo sé y nunca lo he de olvidar, a ti te hubieran encerrado.