Barreras en la comunicación

El acto en si de comunicación no es exclusivo del ser humano.

Hay multitud de seres vivos que se comunican entre si. Unos con mayor eficacia que otros según sus características y adaptabilidad al medio.

Pero una característica del ser humano que no existe en los demás animales, es la posibilidad de matizar la comunicación, y poder explicar con todo lujo de detalles cualquier situación. La capacidad descriptiva del lenguaje humano es la mayor del mundo.

Por eso las personas cuando hablamos, sentimos, hacemos gestos, o empleamos determinados tonos, son estos y otros muchos matices que singularizan la comunicación entre humanos.

¿Pero que ocurre cuando esa comunicación se ve distorsionada por visiones particulares de cada uno con respecto a su entorno?. A veces la visión de las cosas se reduce a un circulo tan pequeño que parece que estamos viendo por la mirilla de la puerta.

Esto ocurre en el amor, cuando dos personas se quieren, se aprecian, deben comunicarse con claridad, sino cualquier cosa por pequeña que parezca puede hacerse mucho más grande y convertirse en un problema, más allá de una mera anécdota.

Gestos que en otra situación no serian del todo significativos, se convierten en algo muy importante cuando dos personas se quieren. El motivo es claro, dos personas que se quieren se fijan más en los detalles y en las cosas del dia que dos amigos, o dos personas que simplemente se conocen.

También ocurre con mucha frecuencia que las parejas dan por supuesto que la otra persona, sabe cosas, que a veces es necesario recordar y decir. Cuando esto ocurre parece como si esa planta que cada uno tiene que regar, se empieza a secar. Se empieza a secar y conforme van ocurriendo las cosas, los detalles pequeños van adquiriendo más importancia. Es aquí cuando debemos preocuparnos, porque los pequeños detalles desembocan en grandes problemas que con el tiempo tienen difícil solución.

A veces una sonrisa, un gesto, un agarrar de la mano por unos segundos, para decir tantas cosas, que hablando nunca terminaríamos de decir, y es por eso que se dice, “una imagen vale más que mil palabras”.

Si quieres a alguien díselo, díselo con tanta frecuencia que no queden dudas al respecto, si quieres a alguien nunca hagas gestos que siembren duda o incertidumbre, si quieres a alguien cuéntale las cosas que crees que pudieran herirle en boca de otros, si de verdad quieres a alguien dile las cosas que no te gustan, no te reserves cosas que en un futuro puedan unirse con un poder destructivo tal, que ni el más fuerte de los vínculos pueda mantener unido, si quieres a alguien nunca te olvides que esa planta, que es la planta del amor, es una planta que necesita agua y cariño, no dejes de regarla, y nunca des por supuestas las cosas que quizás si se repitieran más harían del amor lo que es:

lo más increíble del mundo, lo que hace que cada uno tengamos un motivo más para levantarnos por la mañana, y uno menos para dormirnos, lo que hace que todos sonriamos, y disfrutemos de algo que se llama FELICIDAD.