Lo tenía todo: inteligencia, atractivo, poder, carisma, fortuna y todos los detalles que hacen a un hombre feliz. Ese día se dirigió a la playa y ya impregnado con las sales marinas y con ese aire vivificante, escribió en un papel la siguiente frase: S.O.S., luego lo plegó, lo introdujo dentro de una botella y tomando impulso lo arrojó con fuerzas al azulino mar. Ahora, rodeado de todos los fuegos fatuos que lo encastillan, en su mente brilla una luz de esperanza.
Ella lo tenía también todo, belleza, juventud, riquezas, admiradores. Aburrida de tanto boato,se dirigió a la playa para contemplar la puesta de sol e impregnarse de los aromas marinos. Descalza, se internó en el mar, sintiéndose libre,dichosa. Un bulto oscuro le llamó la atención. Era una botella. Se agachó para recogerla y contemplándola al trasluz se dio cuenta que adentro de ella había un papel plegado. Era al parecer una carta. Destapó el envase con algarabía y expectación. La misiva decía lo siguiente: Necesito amarte. Pero soy un pobre vagabundo. Al final, aparecía una dirección.
Al día siguiente, la muchacha viajaba hacia ese desconocido y fascinante lugar. Sería la aventura de su vida...
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