Cap. 12 int.
- Lo peor de la felicidad, es cuando se acaba, y todo vuelve a su estado natural, porque la viviste, porque sabes que existe –y como no saberlo, la sentiste- y todo pierde su sentido y su gracia, la soledad, la tristeza, lo único que tiene sentido es la nostalgia. Nostalgia por lo que fue y por lo que será.
- y si está en tus manos, ¿Por qué no la rescatas, y la retomas?
- Porque no soy bueno para eso, siempre es lo mismo, la destruyo o la transformo en otra cosa, verás, siempre me ha ido mal en el amor, siempre dejo huellas y soy trascendental, pero para que alguien más sea feliz, soy demasiado de todo o no lo suficiente de cualquier cosa, que se yo, siempre es lo mismo, las palabras, las palabras son accidentes y enfermedades, en el mejor de los casos son funerales, Y si, tengo un arma, para defenderme o para atacar y como cualquier torpe las uso mal.
- ¿Accidentes? ¿A qué te refieres?
- Si accidentes, del destino por supuesto, de lo más planeado de la vida, el destino, accidentes que, como son accidentes terminan matando sin querer algo hermoso, o lo dejan inválido, resentido, frustrado, o con shock, a mí siempre me dejan en shock. Enfermedades, nunca curan, o al menos no a mi lado. Empiezan con una ligera molestia, terminan febriles y mueren, son largas muy largas, terribles, se sufre, se ve sufrir al ser amado, se desea que sufra, se lamenta que sufra, duele muchísimo, se siente la culpa, las ganas de tener un remedió mágico, pero con cada palabra, la enfermedad empeora, claro nunca se lleva la dieta adecuada, eso de automedicarse no se lo recomiendo a nadie.
- Vaya metáfora!, sé a que te refieres con funerales
Jorge lo interrumpió para seguir con su historia, era bueno que alguien lo escuchará, pero como era natural en él, tenía que terminar el pensamiento que poco a poco iba saliendo de su garganta.
- Los funerales son los más largos y dolorosos, se llevan acabo cuando hay un muerto, el cadáver en su tumba de cristal se ve hermoso, tan hermoso que casi deseas que reencarne en otra cosa, pero las palabras ponen el punto final que lleva al entierro, si no fuese porque el muerto está bien muerto, moriría en ese momento al escuchar las palabras, son increíbles las oraciones en los funerales del amor, rezas para que no vaya al infierno, gritas quejidos sobre la tumba porque no lo puedes creer. Los invitados murmuran, siempre murmuran en el banquete de los funerales, invitados que nadie invitó por cierto, hablan sobre lo corta que es la vida del muerto, la repentina e inesperada muerte. Murmuran sobre lo buena persona que era el muerto, y que no merecía morir, recetan remedios para que no vuelva a ocurrir semejante tragedia (enumerando una a una las causas), o sencillamente, dicen que más bien había tardado mucho en morir, que se lo merecía y que así estaba mejor, había sufrido mucho y tenía que morir.
N.F. |