Mi vida no tiene sentido. Siempre me he preguntado qué significa esta situación, y cuando pasa, qué diablos me está pasando. Es que siempre que corren los minutos y los sofocantes y fatales segundos, lo único que logro responder es también la única pregunta que logro hacerme en lo más profundo de mi ser. Es una pregunta que nunca antes me había tocado tan hondo; dentro de mí existe algo que me mueve las sensaciones constantemente, y no para. El recuerdo que en mi mente se me viene encima como un inmenso cielo que me aplasta. Y no sabes por qué tienes el pecho tan comprimido, tan frágil, tan emocionado. Esos recuerdos que estremecen tu vida y la sacuden sin piedad y sin razón aparente. Todo es tan fácil, y cada vez más se hace más fácil de responder, pero no quieres creerlo, no quieres aceptarlo por que es algo desconocido, algo que nunca en tu insignificante vida habrías imaginado que te pasaría… aunque hayas vivido una cruel realidad que ahora aceptas y te das cuenta de que era un falso sentir imitado a obligación. Te burlabas de todo cuanto tus sentidos percibían… pero todo se hace más claro y evidente, y no lo puedes rechazar, sino sólo aguantar.
Es tan extraño el ser humano. Siempre me hago preguntas que no puedo responder con una base verdadera y fidedigna. Sólo especulaciones y delirios de lunático nocturno, que anda pidiendo cigarros y si no le das te pega y asalta. Sólo logro concentrarme en una necesidad inmensa que siente mi interior. Mi límite siempre llega hasta las fronteras que no puedo cruzar, pues no tengo un pasaporte válido para encerrarme en un sentimiento puro y que da felicidad, pero no a mí, sino a quien quiero yo que la reciba de mí. Es frustrante. Soportar el quedarse lejos de tu sueños, parado y mirando desde las fronteras el andar de tu origen de tu sentir. Mientras esa alma corre y navega surcando espacios en los cuales tú no puedes entrar, no porque alguien te diga que no, no por una prohibición, sino porque sabes que no puedes, por lo anterior. Debes ser fuerte, para soportar la determinación dolorosa que hace a un hombre, que hace crecer y alcanzar un desarrollo que antes nunca habías podido alcanzar, porque no tenías motivación… una verdadera razón para hacer y crear sueños que por las noches moja tus almohadas, y que por el cálido sol de las mañanas de domingos, piensas y sientes, te dices y te resignas, a seguir percatándote de que pasaste otra semana de suplicio, y todo tendrá que seguir así, de manera indefinida, soportando entre tanto ver ese rostro llorar, esa alma compartir con otros que no son tú, y querer tantas cosas que no pueden ser, y desear con todas las fuerzas gritar a respiración ciega ese conjunto de palabras que armoniosamente componen su nombre, y desear vehementemente curar esas heridas que no son tuyas, y que no sabes porque quieres curarlas, o pasar a formar parte de ellas fusionándote hasta arder en llamas de pasión y de compartir tu vida, y no sabes porque quieres que de alguna manera esa alma pueda contemplar tu vida reflejándose en alguna estrella que miras desde tu ventana, ahogándote en la desesperación de tu habitación, en los profundos mares de una cama que se enfría, por una sola persona. Tus más secretas verdades quieres compartir, y quieres salir disparado como un cohete por la ventana y reventar en los cielos estrellados para caer en cualquier lugar en que sientas que estás solo; si no estas con esa alma, mejor vivir solo, en silencio majestuoso y lealtad. |