Cuando pienso en ti…

“No, no puede ser así” pensó el escritor apasionado al momento de tomar la pluma y de escribir en papel “No puedo empezar así”. Pero se quedó mirando lo que había escrito…

Cuando pienso en ti…

“Cuando pienso en ti, siento que vuelo… no puede empezar así… cuando pienso en ti hay alegría en mis palabras… tampoco lo puedo poner así, eso es lo que quiero plasmar en esta composición, eso no lo puedo poner” pensó “pero cuando pienso en ti siento que el día es más brillante, que la noche es clara, que la luna esta afuera, que la imaginación no me falla y mi corazón se acelera”

Cuando pienso en ti
el viento va y viene
pero el tiempo es el que no se detiene

Miró con agrado las palabras que había escrito, le habían encantado, lo había encontrado. Tomó la pluma y siguió volando, pero no escribía nada, le había gustado tanto esa estrofa que se le quedó mirando con la pluma en mano. Ya estaba soñando, estaba pensando en lo que debía de escribir, más aún imaginó las palabras que había dicho. “Cuando pienso en ti, veo los colores, veo que la vida es de sabores, que hay dulce y que hay amargo, y con eso solo quiero estar a tu lado”

Cuando pienso en ti
veo la vida como nunca la había visto,
siento alegría que en mí no había sentido

Cuando pienso en ti
toco la luna con mis dos manos,
ya sé que las flores están de su lado

Que las más bellas florecen bajo su luz
bajo el misterioso brillo de la luna
que atrapa toda tu ternura

Dejó de escribir, seguía imaginando, como esas palabras estaba formando, como lo que había escrito empezaba a tener sentido, y sabía que apenas iba empezando. “La luna…” seguía pensando, pero ya estaba imaginando, como la luna salía por su ventana, aunque supiera que el día no le permitiría tal deseo. Dejó a la luna cuando soñaba que las nubes jugaban en el cielo, como una pintura impresionista, como un rastro de deseos. “Las nubes…” Era una composición armónica, la que miraba de su ventana, pareciera que de pronto todo lo que era gris y de concreto se estaba perdiendo, en lo más alto del edificio donde habitaba, donde se observa como las almas de concreto se elevaban. “Las palomas vuelan tras las sombras de las nubes, el colibrí se balancea sobre los árboles, el valle se pierde tras la sombra de los colores que pintan el cielo”

Estaba soñando despierto, estaba sintiendo lo que era estar pensando en ella. “Cuando pienso en ti, las palabras van y vienen, pero la verdad es la que se mantiene, ese sentimiento, la sensación que aquí me mantiene, en mi mente, en mi ser. Que las flores son de muchos colores, que las

Cuando pienso en ti
las palabras van y vienen
pero la sinceridad es la que se mantiene

Que las palabras se esconden
tras las nubes y tras las flores
por eso le canto a la luna
para que las abra con toda su ternura

“Por eso te compongo esta poesía, porque se que te puedo decir mucho…” Y miró el horizonte, y perdido en su sueño, imaginó que el viento elevaba todas las hojas sueltas de los árboles que podía divisar, y que estas jugaban con el viento, dando movimiento a la ciudad. “Así cuando la hoja vuela, así como la flor se eleva, cuando el viento las toca, cuando el viento va y viene, como las palabras, que no se detienen. Cuando el sol está afuera, y la luna adentro, cuando sucede que todos están contentos. Cuando la noche es fría, y el mar reposa, como las nubes blancas, como la flama de la vela, como si tus ojos viera”

Gozaba estas palabras, estaba sintiendo, estaba soñando, se estaba perdiendo de la realidad, estaba entrando en su mundo, estaba despertando lo que llevaba dentro. Con un horizonte, con una imagen en un pensamiento, la estaba soñando, la estaba imaginando, lo estaba inspirando.

Cuando pienso en ti
las noches son largas
y gracias a eso mis sueños son prolongados

Pero la vida es solo un sueño
que he soñado
cuando pienso en ti

Miró al horizonte, dos pájaros jugaban a lo lejos, una bandera ondeaba, aviones despegaban y aterrizaban, helicópteros pasaban. Luces se prendían. Estaba anocheciendo, su momento en su mundo había pasado lentamente, pero a su vez de una forma ágil, que le había dejado pensando toda la tarde.

El tiempo vuela,
cuando pienso en ti

Bajó la mirada al papel y leyó todo lo que había escrito:

Cuando pienso en ti…
lo demás no importa…
solo pienso en ti

La hoja casi en blanco, con unas palabras, que no decían nada, pero a su vez le decían todo.