Mi soledad de letras, aromas y sonidos,
caminaré en silencio, llevándolos conmigo
hacia el recodo donde el viento sopla
y tu nombre en la brisa
llevará hasta mi oído.

Te esperaré en mis sueños cada noche,
y rodará una lágrima silente
entre recuerdos que nunca
pudieron ser recuerdos,
y enarbolaré tu nombre
como mi escudo y mi espada,
y mi armadura serán
las noches que nunca
fueron nuestras,
pero que acurrucados
muy dentro del amor
nos vieron continuar
juntos la senda.

Estás y ya no estás,
pero siempre has estado,
caminaré hacia el mar
con lágrimas rodando,
y estas gotas de amor
caerán en las aguas,
tiernas gotas de sal
sobre el agua salada,
que aumentarán los mares
y sus espumas blancas.

Y en las riberas de mis sueños
donde te esperaré
todas las horas,
regálame uno sólo de tus besos
que nunca recibí,
para que me haga revivir
con un rayo de sol cada mañana.