Triste espadachin
Resulta que su servidor tuvo una medio aventura con un doncella y, digo medio aventura porque cuando tenida que suceder lo que generalmente ocurre, entre lo que sucede entre mujer y hombre, miren y juzguen ustedes que paso, pues mi historia no es de un don Juan pero tampoco era como para no estar al altura de la situación. Y cual poeta del amor tuve que declamar mas no actuar, y así con poca fortuna, en forma de caballero galante, cubrir con el sombrero y la pluma, lo que con la espada no pudo acontecer, la embarazosa historia entre ella y yo y, lo que debió y no sucedió.
Cuando te visite a tu aposento y tu te me insinuaste que querías que sin vergüenza pero con amor, te podría decir cualquier cosa que saliera de mi corazón ( por ejemplo: que te bajaras el calzón ), te digo mi amor: cuando estuve contigo, tuve ganas de decirte por mi voz y directamente por mi mano sentirte quería, tocar y no solo percibir tu respiración y, no discutamos cual fue la causa de mi desliz, pero lo único que resta es escuchar mi visita a tu mansión que mas a ti por supuesto a mi apremio, nada dejo y solo deseos acumulo.
Aquí, ante ustedes comulgo y, presto a su disposición esta leyenda del amado y caballero alado, quien fallo su temple y convicción y mas su espada pues solo dejo deseos a su amada, y del querer...ya no quedo nada por acontecer.
A tu cuarto de palacio ayer entre
mira mi amor
pues bien excitada te encontré
Si vuestro caballero soy
ayer muy complicado me la vi
dándome ni tiempo a contemplar
hasta tu insinuación llego y quemo
a mi corazón,
y no que decir
al meollo de todo pasional querer
a todo querer en poseer y
cual osado espadachín
desenvainar mi espada
y cobrar a la lucha entendió
harto deseo de poseer
y hacerte mía en mi querer
...pero heme aquí, mi doncella
que mi espada siempre firme se sostuvo
mi coraje en verte desnuda
y floreciente ni titubeo
mas no por caballería
sino mas bien por timidez
que ni una tentadita pude hacer
y mi labia al fin tuvo que ceder
- pues bien mi amada, solo un beso
te doy-
Y cual triste la damisela en balde espero
pues hasta su calzón bajo
Pero dénmele otra oportunidad
pues a este dulce caballero
no ganas faltaran.
Pero tenlo presente mi amor
cuando llegue la oportunidad
espero encontrarte libre en castidad
y a mi amada doncella poseer.
Y cual brillante idea relució
ya se a la próxima
el arma a llevar
traer conmigo cirios de alumbrar
No piensen mal, a los que creen
que servirán para ni mucho menos quemar
a la piel de la amada desnudar
¡ Ni tampoco por Dios !
para poner roja el arma a tomar
ni para de daga a convertir en espada
empuñar
sino simplemente para alumbrar a
la timidez de mi señor
Que ahora ni por idiotez
dejar escapar,
y así no perder ni hacer desliz
de la ocasión ...de por fin poder
a mi amada tener.
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