Lo único que quiero hacer es desahogarme. Al diablo con figuras literarias, con bellezas de palabras, lo único que quiero hacer es ver si Dios lee estas letras... porque no oye mis palabras, no escucha mis oraciones y hace oídos sordos a mis plegarias...
Porque la vida es demasiado dura. Porque cada ilusión que tenemos, por pequeña que sea, está destinada a romperse y morir. Porque en este miserable mundo, podemos perder todo lo que nos importa, y aún seguir cayendo más profundo. Porque quisiera guardar silencio, para siempre, y dejar que jamás nadie sepa lo que pienso... porque así jamás seré débil. Jamás seré vulnerable, jamás nadie verá lo que hay en mi corazón... en mi herido y abierto corazón...
Porque ya estoy harto. Porque cada vez que comienzo a subir este maldito agujero de mundo, vuelvo a hundirme, empujado por una piedra que cae... y caigo, más profundo que antes, y tardo más en levantarme... y el agujero en que caigo no tiene luz, no tiene más que oscuridad, y nada crece en él más que la soledad, la tristeza y la ira... el odio... el resentimiento... y el despecho.
¿Y qué puedo hacer? No volver a levantarme... no volver a hablar... no volver a llamar. No volver a exponer mi alma, mi corazón, dejarlo que descanse en la oscuridad y el silencio. Y que mi mente enloquezca, y el delirio la infecte como una plaga mortal, y las carcajadas demenciales emerjan hasta la superficie y eviten que nadie jamás se acerque...
jajajajajajaja...
Te amo... más el destino nos aleja, como ya me ha alejado otras veces... No sabes lo que crees, ni sabes lo que piensas... no sabes lo que sientes... aún así, conociendo lo que pienso, lo que siento... al destino poco le importan sentimientos, ni amores, ni pensamientos...
Jamás volverán a lastimarme... el silencio regirá mi alma, y mis palabras callarán... sofocadas por el silencio, el odio... amordazadas por un amor muerto, que agoniza y se desangra a mi lado - ¡DIOS, ESCÚCHAME! POR PRIMERA VEZ, ¡OYEME! SI HAS DE CONCEDERME UNA SÚPLICA... DEJA DE CASTIGARME... déjame descansar, déjame ser feliz... concédeme, aunque sea, un respiro... una petición... un deseo...
No vuelvas a engañarme... no abuses de la maldita ingenuidad de un hombre que no sabe nada...
Bowen Alanos
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