Con tu presencia
Mis nervios se tensaban
Cual cuerdas de guitarra.

Con tu mirada
Se encogía mi estomago
mi pulso acelerabas.

Si te acercabas
Se ofuscaba mi mente
Me teñía de grana..

Y si mi hablabas
Yo me sentía incapaz
De articular palabra.

Hoy, te encontrado,
arrastrando barriga
con la cabeza calva.

Arrugado de frente,
Encorvado de espalda,
¡hecho una lastima!

Y al fin, he comprendido,
Que nunca me has gustado
y jamas te he querido.