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Inicio / Cuenteros Locales / andres_hasreck / Metáfora de la maleta

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Siempre hacemos la maleta rápido. No queremos perder nuestro tiempo en algo tan simple como hacer nuestro equipaje. Sin embargo, a medida que vamos colocando cada par de calcetas en su lugar, nos damos cuenta de que no cabrán otras cosas que son más importantes, porque el lugar se encontraba ocupado por un par de calcetines que, para más remate, está llenos de “papas”, ‘esos hoyos espantosos que se producen en la planta del pie y que te dejan los pies con olor a alcantarilla y a sapos’ –como decía mi abuela-.
No se crean que es tan fácil hacer una maleta para irse de viaje. Hay que tener muy presente el equipaje que llevamos, porque lo cargaremos por quién sabe cuántas horas de espera, de viaje, de tontos que somos al perdernos el autobús de la tarde… en fin, pueden pasar muchos “imprevistos”. Al comenzar, uno la llena de cosas que en su vida se ha puesto, sólo para decir que tengo una maleta llena de cosas, como queriendo que otros la admiren. ¡Miren mi maleta! Gritamos con orgullo, como queriendo invitar al resto a adivinar que llevamos dentro. Ese toque de misterio que a todos nos hace nacer un cierto grado de copucha por saber que hay dentro de aquél colosal busto. Pero después, asentamos cabeza y empezamos a quitar las cosas que no nos sirven o creemos no iremos a ocupar a lo largo de nuestro viaje. Lo malo es cuando, pasado un rato, nos damos cuenta de que hemos sacado toda la ropa que hace unos instantes nos esmeráramos en guardar a presión dentro de ese bolso cuadrado. Aquí es cuando uno toma aliento (como para comenzar nuevamente la ardua tarea hecha un rato atrás), se ríe de lo idiota que fue, se agarra la cabeza y empieza a pensar qué cosas son realmente indispensables. Al finalizar este proceso, que dura no menos de media hora, procedemos a colocar, con cuidado de no dejar espacio alguno, todas nuestras pertenencias dentro de la valija y por alguna extraña sensación, pese a que sacamos casi la mitad de lo que había inicialmente, encontramos que quedó más pesada y más llena. Como no, si al sacar todas esas cosas nos metimos nuevamente al clóset y metimos el resto del armario. La cosa parece chiste, pero no lo es. Así seguimos peleando con los pantalones, esas poleras rancias, uno que otro calzoncillo y un par de calcetines mal olientes, hasta que por fin quedamos conformes con nuestra labor. Pero –es curioso que siempre los hay- nos olvidamos de esas “cosas importantes” que queríamos llevar y que quizás son más importantes que todo nuestro equipaje. Y qué hacemos, ¿desarmamos esas infernales cuatro horas de llenar y vaciar el sufrimiento de nuestra alma? O ¿hacemos una nueva maleta? Y de nuevo nos agarramos la cabeza tratando de cranear cuál es la mejor manera de solucionar este problema y así pasa una hora más de trabajo no forzado. ¡Un error garrafal! Si la respuesta es muy simple. Abrimos la maleta, sacamos una que otra cosa y echamos todo lo demás a la suerte de la valija. Lo que sobra lo cargamos en el hombro. Y ahora parecemos un ridículo turista: el típico chino con sombrero, esos lentes tan característicos, una camisa blanca a cuadros, su chaleco celeste, un pantalón de algún color claro y una cámara último modelo que cuelga de sus hombros. ¡Que espanto salir a la calle así! Nos sacamos todo y lo esparcimos por el suelo. Después de esta larga batalla sostenida, con nuestra ropa y demaces, se nos ocurre mirar la hora. Con una cara de indignación, de rabia y, por qué no, de impotencia, vemos que son las siete de la tarde con doce minutos. El avión partió hace quince minutos.


Nota:
-Metáfora sobre los cambios.
Uno siempre dice qué cosas estan mal, que deberíamos de hacer... pero nunca se dice el cómo y se solucionan los problemas

-En el texto el problema era tomar el avión... pero se estaba tan preocupdo en solucionar el problema de la maleta( hay q mejorar la educacion, bla bla bla...) que perdimos el vuelo, o sea, nunca dimos ni solucionamos el problema inicial

Texto agregado el 31-03-2005, y leído por 1180 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
16-06-2005 tu perdiste un avion otros pierden la vida revisando lo que pretende llevarse o dejar en esta vida y terminan al final viendo pasar el tiempo sin vivir venusita
31-03-2005 ¿La solución? simple, no hagas la maleta a última hora, puedes hacerla el día anterior y así no pierdes el avión :) maitencillo
 
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