INERCIA
Autora: Emperatriz
Siempre lo mismo. La misma rutina, el mismo aburrimiento. Y siempre tu rostro, impasible, con ese dejo de ironía en la mirada, como diciéndome “a ver si te atreves”. Es cierto, la casa no ha cambiado. Todo sigue en su lugar. Nada ha desaparecido, y nada nuevo ha llegado. Los mismos ruidos. Incluso, cuando me deslizo de una habitación a otra, tus pasos me persiguen, vigilantes, como siempre. Ni siquiera en las noches me dejas en paz. Tu respiración va a la par con la mía, y me desespero. Me desespero, por esta inercia de la vida. Te observo. “ A ver si te atreves” sigues gritándome, cada vez más fuerte. No tolero que sigas torturándome, así es que fíjate que sí, me atrevo. Ahora sí que me atrevo, porque aunque tus insultos, tus desaires, tus ausencias y tu desamor aún repercuten en mí, las cosas son diferentes, aunque parezca que todo sigue igual. Porque tu rostro, aunque sea el mismo, está prisionero dentro de un marco, y tu cuerpo...tu cuerpo está lejos, al otro lado del pueblo, encerrado en una lápida.
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