Como yo soy una persona muy creyente, fui a la iglesia a pedir un favor a los cielos. Necesitaba ayuda para conseguir el dinero para ayudar a mi familia. Es por eso que tengo tanta seguridad de que no voy a perder. Llevo casi seis meses jugando por dinero, a fin de conseguir lo que necesito. Esta es la ultima vez que jugare. Ya junte lo que necesitaba y voy a abandonar. A pesar de que quizá debería estar preocupado, no lo estoy; ya que sé que cuento con ayuda extra.
En el juego se gana o se pierde, a mí me toca ganar. Juego sin pensar en lo que hago. Estoy seguro del resultado. Cada fin de semana es lo mismo... jugar y ganar. Juego yo, juega mi oponente y pierde. La suerte no tiene nada que ver aquí.
De pronto, cuando nuevamente es mi turno, mientras mi dedo se mueve como en cámara lenta inconscientemente hago cálculos:
Clic... 1 él... clic... 2 yo... clic... 3 él... clic... 4 yo... clic... 5 él... Oops. Creo que esta vez me tocara perder... espero que en los cielos esto no cuente como suicidio...
“Padre nuestro que estas en los cielos...” clic... PUM! ... y si... en la ruleta rusa se gana o se pierde... no hay empate...