A través de rejas veo como cadenas restringen tu posibilidad de ser libre. Pienso que toda posibilidad de alegría o placer es atrapada entre los lúgubres muros que te privan de lunas, de mares y de cualquier contacto. A vista eres frágil pero mantienes una vitalidad, una pasión y una alegría rebosante que se expresa en tu mirada. Hemos pasado años; yo siendo tu único posible contacto con vida, pero no se cual porque mi alma vive inherte junto a mis deseos. Por momentos pareces alejarte del universo y de repente regresar. Llevas horas así explorando un mas allá y ahora te veo despertar, fijar tu mirada en mi, me estremece la pasión con la que me miras y comienzas a sonreir y morderte los labios mientras te arqueas de placer. Deseo sentir lo que tu y sentirte. Tomo las llaves, abro la celda y entro. Al acercarme y sentir tu aliento cierro mis manos para poder retenerme pero al escucharte gemir de placer no puedo más y te beso pero me rechazas. Entonces te libero de tus ataduras y me haces ser, sentir y vivir. Eres tan sutil como nadie lo habia sido, pero aun así lo eres todo, me enloqueces. Finalmente me besas con cariño y regresas a tus ataduras. Te detengo y te pido quedarte junto a mi fuera de ese infierno y tu me respondes que tenerme ahí, siempre era el cielo.