Había oído hablar mucho acerca de los días grises... Intuitivamente tenía una idea más o menos exacta de lo que podrían ser, pero yo siempre procuraba rodearme de luz... En el peor de los casos, siempre lograba dibujar un arcoiris que podía llevarme de la tormenta a la belleza de la calma...
El arcoiris era para mí como la contradicción latente de la naturaleza, encontrando su equilibrio en la belleza... Un fenómeno bastante esperanzador para mi alma, repleta de las mil contradicciones que pueden ayudarme a encontrar ese equilibrio...
Tampoco fui consciente de que había amanecido un día gris para mi, hasta bien entrada la tarde, cuando pude volver a levantar la vista hacia el cielo...
Yo estaba en un hostal, había decidido pasar la noche allí, tras perder un tren que me llevaría a casa de mis padres, tenía ganas de verlos (a mi madre, sobretodo) y dejarme descansar en su amor incondicional. He descubierto que su amor logra cicatrizar casi todas mis heridas, y me inunda de una paz inmensa...
Me despertó el teléfono... Extraño que a las ocho de la mañana sonara el teléfono en la habitación de un hostal, en el que nadie sabía que estaba, teniendo yo mi móvil...
Pero, aún dormida, tampoco tuve tiempo de pensar con claridad...
En la puerta había dos policías nacionales que preguntaban por mí...
-"Está usted detenida, por una orden judicial, vístase y vámonos..."
Todo el cuerpo comenzó a temblarme aunque mostrara serenidad...
Yo me vestí, y sin saber con seguridad lo que sucedía, recordé un hecho de hacía más de un año, por el que fui detenida cuando estrellé mi coche contra otro, gracias a Dios sin heridos, y detectaron alcohol en las pruebas... Ya había olvidado prácticamente ese error... Como todos los que cometí, blandiendo el estandarte del amor, hacia una persona por la que entregué más de lo que nadie se merece...
Y si me paro a unir acontecimientos, hace muy poco soñé con ella, lo escribí (REALIDAD ONÍRICA), y en mi sueño (a pesar de no saberlo interpretar), observé una patrulla de policia frente a su casa, que "alertados por mi presencia" hicieron ademán con la mirada, de estar buscándome a mí... (Curioso...) Fue cuando eché a correr, queriendo dejar atrás mi pasado...
Pero el pasado te persigue, los errores no te olvidan, y yo me encontraba en el asiento de un coche de policia que me llevaba a la cárcel hasta que mi juicio, al cual no había asistido porque la citación nunca llegó a mis manos, fuese celebrado.
Fui tratada como una delincuente, despojada de todas mis pertenencias y encerrada, con una colchoneta y una mugrienta manta, en un agujero con rejas, casi desprovisto de luz, donde la humedad se respiraba en el ambiente, y tras ocho horas allí, había calado todos mis huesos...
El tiempo transcurría lento, y yo traté de dormir el máximo tiempo posible, deseando que una pequeña luz alcanzara mi vida... Casi me había hecho a la idea de quedarme allí esa noche, para que el horrible sentimiento de abandono y degradación, no fuese en aumento...
La llamada que se me permitía pedir, que no hacer, la destiné a mi hermano... No confiaba lo suficiente en él, pero recordé que había quedado esa mañana con un cliente asiduo del bar en el que trabajábamos, en el que confiaba como persona, y que, casualmente, era inspector de la policía nacional, la misma que me custodiaba, como una prófuga de la justicia cualquiera...
De todas formas, tomé la precaución de darle a "una amiga" el teléfono de mi cuñado, en el que confiaba por completo, aunque me preocupara molestarlo una vez más, con todo lo que ya había hecho por mí... Pero, de alguna manera, sé que le alegró el saber que contaba con él incondicionalmente... Y para mi sorpresa, vino con mi hermana, y en sus ojos no ví reproche..., tan sólo el dolor por lo que me estaba sucediendo...
Me sentí muy ingrata por juzgarla por su forma impetuosa de ser, por no saber medir las consecuencias de sus palabras... Pero muy en el fondo de mi ser, se movió un resorte de amor que abrió las puertas de mi alma, y lo agradezco al cielo.
Cuando un guardia pronunció mi nombre y comenzó a abrir la celda, ya había perdido prácticamente las esperanzas, creía que ya era de noche. Pero para mi sorpresa eran las seis y media de la tarde y aún había luz..., la luz de un día gris, que inundó mi mirada, llenando mi alma del placer de la libertad por la que tanto lucho...
Salí en un coche, aún detenida, hacia los juzgados... Sabía muy dentro de mí misma que lo peor ya había pasado...
Cuando llegué, aún me volvieron a meter en otra celda, esperando a que el juez requiriese mi presencia...
Sabiéndolo, el tiempo transcurría más lento aún.
Finalmente me acompañaron ante el juez, que me dio una citación para hoy mismo a las once de la mañana, sin falta y con amenaza expresa de ir a prisión si no me presentaba...
Estoy sentada ante la puerta del juzgado, esperando que me llamen, con el firme propósito de defenderme y asumir mis responsabilidades, así como de no volver a pasar jamás por esto...
(14/03/05)
Sólo me retirarán el carnet unos meses... Todo quedó en una pequeña broma del destino, saldando cuentas de un error del pasado, que me permite mirar a los demás con más benevolencia cuando cometen un error...
(Hay una historia paralela a este relato, que omito en estos momentos, por pura decepción, muy reciente además... Sólo diré que no estaba sóla en el hostal donde me detuvieron...)
"Creo que no hay peor amigo que aquél que se cree mejor que tú..., siempre acabará juzgándote: su aparente bondad y pureza le dan el derecho... Siempre son víctimas pero nunca culpables, y me gusta desenmascararlos..., no los quiero en mi vida"
(27/03/05) ESTE DÍA CUMPLÍ 30 AÑOS... |