La historia comienza un día en que el sol no salió, todo estaba oscuro, nadie se veía las caras solo se sentían voces, como era de día no estaba la luna, solo un cielo negro cubría nuestras cabezas, y yo sentado en el parque esperando a mi amada, no sabía como podría reconocerla, no sabía que hora era, solo sabía que era de día pues no había una sola estrella en el oscuro cielo.
Comenzaron a pasar las horas, yo sabía que mi amada cumpliría no importaba el color del cielo, no importaba el miedo, solo existía el amor, de pronto una silueta llegó hasta mi:
Amor mío, me esperabas. – Me dijeron, pero había algo extraño mi corazón no latió, no sentí esas ganas locas de abrazarla, ni sentí un imán que me llevara a su cuerpo. Estas equivocada, respondí, yo no soy tu amor.
Siguieron pasando las horas, y mi amante no llegaba, se habría olvidado, no lo se, me habría dejado de querer, no lo creo, se habría perdido en la oscuridad de aquel día, lo dudo. Las horas pasaron a un ritmo angustiante, cada vez se sentían menos voces en la calle, ya todos se marchaban a sus casas, yo seguía esperando, como no esperar la mujer que iluminaba mi vida, como no esperar la tranquilidad de sus palabras, como no desear sentir su perfume, eran demasiadas cosas bellas como para marchar a casa a esperar un nuevo día.
El tiempo siguió transcurriendo a un ritmo desesperante, y tu amor no venías, de pronto el viento comenzó a soplar distinto, se puso cálido, me sentí cobijado, de alguna manera sentí tus manos en mi cuerpo, de alguna manera sentí tus labios rozar los míos, no escuche palabra alguna pero mi corazón comenzó a latir de manera incontrolada, de manera insostenible, tu amor llegabas, te aproximabas a mi y yo te sentía, mi corazón me quitaba el aliento, en mi estomago sentí un dolor intenso, mi pecho no se podía calmar, tu llegabas y mi rostro enrojecía de la alegría, de pronto sentí una voz que me dijo: “Amor ya llegué, me costó un poco encontrarte entre tanta oscuridad”
Si mi amor, te sentí eras tú, siempre supe que eras tú.-respondí
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