Inicio / Cuenteros Locales / la_columna / RESURRECCION.- Por el compi Nomecreoná
Si hay un problema que nos desconcierta a todos los hombres por igual es el de la propia muerte; la propia no la ajena… que esa siempre la vemos más distante y como si solo nos afectara como una remota posibilidad.
No hay evento que nos haga más iguales ni circunstancia que derribe más barreras. La vida, por propia definición y para todos, tiende siempre al pretérito y no es más que un tiempo, un paréntesis con un definido final que se va acabando cada segundo con una terrible certeza; minimizando cualquier otra variable individual.
La muerte es un paso a lo desconocido, un abismo sin fondo que se abre ante toda vida posible y ante la que solo contamos con nuestros sentimientos, porque ni siquiera nuestra sabiduría, el que la tenga, nos acompaña.
Es por esta inexorabilidad y al contrario de lo que les ocurre a los niños y a los extranjeros, a los que les cuesta interpretar esta exacerbación del dolor, de la sangre, la agonía y las heridas abiertas… que entiendo hasta cierto punto las celebraciones de nuestra Semana Santa o de Pascua; la celebración y exaltación de la muerte como una huida romántica hacia delante, como un intento de normalizarla y asumirla, incorporando a nuestra propia idiosincrasia y porque no decirlo, a nuestro folclore la terrible evidencia del final, añadiendo incluso el toque festivo, transgresor y revolucionario, pero no por ello menos improbable de la resurrección.
Aunque en este caso Cristo jugaba con algunas ventajas; la suya era una muerte con resurrección anunciada; una muerte de mentirijillas; con derecho y billete de vuelta, o así nos lo han contado. La muerte de los curritos, de los hombres de a pie es más rotunda, no hay más vuelta de hoja que la de nuestras débiles y obligadas creencias en el mejor de los casos.
Y mientras tanto pasa la semana de pasión con todo lo que implica de barroco y rococó en estas tierras andaluzas; se desencadena la enésima polémica sobre eutanasia, esta vez en USA con el caso de Terry Schiavo, quince años artificialmente unida a una más que dudosa vida; las dos versiones del mismo problema encarnadas en su marido por una parte y sus padres por otra; aunque no trate de dar la razón a nadie, porque cada uno actuará, creo, en base a lo que creen más conveniente para la interesada. Pero en este tema no puede haber términos medios, o se permite la muerte digna o se prohibe; o se dan los pasos para acabar con una vida indigna, o se cierran todas las puertas. Ahora Bush se ha puesto del lado de la vida y se ha sacado de la manga una ley para mantener “viva” a Terry… a buenas horas le ha venido la iluminación.
En este caso, solo una pista me induce a pensar que mi postura no está del todo equivocada y es que la Iglesia católica se opone; como se opone a la clonación con fines terapeuticos, al control de la natalidad, a la igualdad de sexos, al uso del preservativo y a la educación laica… como siempre se ha opuesto a cualquier forma de progreso.
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Texto agregado el 29-03-2005, y leído por 243
visitantes. (6 votos)
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Lectores Opinan |
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30-03-2005 |
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Muy buena columna, me ha encantado y he dejado con gusto mis cinco estrellas, aunque no comparto el último párrafo: no soy -ni por cerca- creyente ni religioso, pero has incurrido en una falacia al decir que tal criterio ha de ser el acertado porque la iglesia lo rechaza. Una postura, una idea o un concepto son verídicos o válidos según su demostración y su sustento racional (sustento ético sería más apropiado en éste caso) y no porque sea rechazado por nuestros amigos o enemigos. Eso es doctrina y le ha costado horrores a la historia de la humanidad aprenderlo.
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Por lo demás muy bueno e interesante. Mis felicitaciones.
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el-parricida-huerfano |
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29-03-2005 |
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El tema de la muerte es altamente delicado, tengamos en cuenta que desde que nacemos solo nos preparamos para la vida y nos cuesta muchos años, a algunos nunca, aceptar la idea de la muerte propia. La parca ha sido arma arrojadiza por parte del poder en general y la cultura o la falta de ella, el handicap para estar más o menos sometidos. La iglesia, sabedora del poder de lo antedicho ha hecho uso y abuso hasta que la cultura ha abierto los ojos a una gran parte de la sociedad moderna. No habiendo acción sin reacción no pueden esperar que su influencia se eternice en el tiempo ni se acreciente, su destino, mal que les pese, sigue una irremediable curva descendente. Me ha gustado mucho lo que has vertido en tu columna. Un abrazo. graju |
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29-03-2005 |
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Magnífica Columna esta Rafael. La muerte propia, la ajena, la de Cristo y su puesta en escena, Mr Bush, la Iglesia... Digna de abrir un foro con ella. entrelineas |
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29-03-2005 |
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Estupenda reflexión Rafa, si me muero antes que tú y resucito me pasaré por tu casa para contarte mi experiencia... barrasus |
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29-03-2005 |
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...qué difícil hacernos cargo de nuestra vida... dice el anterior comentario. Para no abundar en juicios ante la paradoja planteada por el país del norte y su benemérito gobernante, me detengo en este otro punto. Se regodea la iglesia en revivir año a año la muerte de Jesús, su martirio, su sangre derramada, el dolor, la muerte y la resurrección, y santas pascuas. Y queda relegado el inmenso legado de su palabra, que a poco que analicemos, tiene nada más y nada menos que el secreto de una convivencia armónica para el planeta. Casi nada. Y Jesús no es patrimonio de la iglesia, sino de la humanidad. A ver cuánto de él podemos intentar ejercitar en el día a día, y no hablo de ritos ni adoraciones ni éxtasis, sino del respeto y valoración de nuestro prójimo, y de una conducta ética y constructiva. Nada de religiosidades. Hechos concretos. Hacernos cargo de nuestra vida en este aspecto es hacernos cargo de la vida de todos. Buena columna, Rafael. Un abrazo. neus_de_juan |
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29-03-2005 |
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Es un tema interesante el de la columna de hoy, pues siendo la muerte un acto personalísimo, es increible que la iglesia, mandatarios de estado, sectas religiosas, rechacen la eutanacia, no se supone que uno de los principios en los que descansa la iglesia es la piedad?. Más contradictorio aún, que quienes en total violación de los derechos humanos, atentan y deciden por la vida de cientos (no de uno u otro) ahora salgan a la palestra a defender el derecho a la vida, tantas veces vulnerado y acomodado a gusto y sabor del poder de los humanos. Qué fácil es hablar de la vida, sobretodo de la ajena y que difícil hacernos cargo de la (propia) la nuestra. Un abrazo. meci |
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29-03-2005 |
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Contrastan todos esos muertos sembrados por Bagdag y alrededores por los mismas manos que ahora se empeñan en defender a ultranza la vida de esta señora. Supongo que es una cuestión de territorio, de petróleo, de dinero al fin y al cabo... de ideologías anlcadas, no demasiado pensadas, adoptadas por tradición y simpatías o antipatías hacia una u otros. No creo que hayan pensado para nada en las "vidas reales y verdaderas" de quienes hay detrás, Terry y los iraquíes muertos. Si asi fuera, otro gallo nos estaría cantando... o eso quiero pensar. luna-lunera |
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