Necesito sus brazos, rodeándome y recorriéndome
su lengua bajando de a poco por la silueta de mi cuerpo
su voz excitándome al oído, ¡todo su ser!.
Me besó con lentitud,
su lengua lo hizo todo sutilmente.
En un juego cómplice
Fuimos necesitándonos más.
De pronto su mano fría, como la nieve
quiso buscar mas allá...
encontró la tibieza entre mis piernas,
encontró la ternura sobre mi vientre,
encontró la erección de mis pechos.
Podía ver mis ganas de ser suya,
de ser su escondite del mundo,
de ser su lugar anormal y sin monotonía.
Lo desee tanto...
mis manos se aferraron a su espalda,
mi boca se aferró a sus labios,
mi cuerpo se aferró al suyo,
mi corazón se camuflo junto a su pecho...
se quedó ahí y me sola.
Creí que era un juego... pero ahora,
espero que su cuerpo me absorba,
quiero que me asfixie de a poco,
quiero terminar desnuda y exhausta de deseo,
quiero sentir l pequeña muerte su lado.