La tarde, la tarde casi se caía en el filo de la noche, y en un borbotón de fuego el sol se despedía sobre el horizonte, la acera solitaria y bermellón me contenía las ansias desmedidas.
El tiempo y sus lentos segundos se dilataban en la espera de lo probable, de repente, por sorpresa, que esperaba, se vislumbra desde la conjunción de las calles la figura de quien fuera un imposible.
Y se acerca, el paso firme, el bello rostro el alto iluminando la tarde que se cierra, y es la perfecta armonía, rostro, andar, figura, elegancia y al llegar me pierdo en la ternura de su sonreír y sus exquisitas maneras.
Y en un viaje corto, de inquietudes lleno, la utopía de la intimidad se tornaba realidad.
Realidad que se adueño de los sentidos, del corazón y del alma, y así en dilatada calma, en sus labios me colme de ternuras y de mieles, mieles tantas que conservare su dulzor por largo tiempo.
Luego lenta, tímidamente, en el claroscuro del ambiente,despojada de sus vestiduras, diosa perfecta, cual afrodita, cual Venus, me brindo la extensión de su piel fresca para delicia de mi ser.Y al recorrerla toda, en la magnifica expresión de su belleza La Ame, como nunca imagine, como a ninguna y con el alma estremecida, en mi vida la tome como mi refulgente estrella guia.
Y me dio mas que otras, porque no prometió nada, y en la nada me dio todo.
|