Una foto nuestra marcando la ágina de un libro. Tan niños y ya jurabamos concoer el amor.
El tiempo ha pasado y aún creemos hacerlo
-Me amas?
-Lo hago...
Es tan triste nuestro, "estado", si se puede decir de esta manera. Dices amarme, afirmó lo mismo.
Y entonces dime, mi pequeño amante,¿ por qué nuestro sino estar juntos?, ¿Qué hacemos ahora?. Llorar no solucionada las cosas, el daño físico tampoco... Y un abrazo? mátama antes...
Los recuerdos vuelven embalados, de la mano de lágrimas, de la mano de tristeza, y usan la soledad de sombra.
Sueño con tus ojos, con tu cuerpo.
Nuestras manos se tocaron una noche de desesperación.
Una noche en la cual ninguno de los dos soportó la lejanía, pero las horas pasaron y tú te dejaste llevar por la música del diablo, esa música común que todos adoran, alaban, y "bailan". Tus rituales, ahora veo, son tan vacios. Esos rituales que yo aún niegue, practico a solas y a escondidas.
Te imagino a tardes horas de la noche leyendo este maltrecho escrito. Te imagino sentado frente al computador haciendo preguntas en las que nace la filosofía. Imagino tu rostro veviendo mi alma, saboreando mi sangre. Disfrutando de mi soledad. Pero sé, en el fondo me extrañas como yo a tí. Tus ojos me lo dijeron y suspiraron sin mí.
Esta madrugad te ruego me tomes de vuelta, y juntos tomaremos un café, y conquistaremos al mundo. |