Mi principe eterno, ¿ Por qué no volviste?
No sabes como mi alma extraña a la tuya.
Han pasado eternas noches en vela extrañando tu voz. El teléfono dejó de sonar ya de madrugada.
Quedarón cicatrícez no solo en mi corazón, no solo en mi vida, también en mi cuerpo, también en mi alma.
Hablando sola a las seis de la mañana.
Soñando que en tus pensamientos al menos esté Presente.
Lágrimas son derramadas, pero dime amor, ¿ acaso ahora importa?
-No caeré nuevamente...
-Lo sé...
Miedo a arriesgarse, miedo a sufrir, perder.
Nuevamente como dijiste, tus palabras bien recuerdo.
No es lo único... Nuestro último beso fue tan perfecto
Recuerdas los pocos minutos que parecían largas horas? Los dos sabiamos esa noche sería nuestra, pero también la última.
Te fuiste, y no volviste.
Dos ancianos sin camino quedaron
-cásata conmigo
-Lo haré.
Un beso, largo, intenso, tibio... Un perfume, un abrazo, una mano...
Una última palabra sellando el pacto de la muerte, del mal. "Adioz" me dijiste, "Adioz" respondí
Y allí he nuestro triste final |