El sueño de las almas

Hoy aprendí mucho .aprendí a escuchar, aprendí a mirar, a hablar. Aprendí a querer, a sentir lo que sienten los animales y a danzar con el canto de las flores, a saber que todo esto es pequeño pero grande para Yakshi. Y no aprendí todo esto en un dia, fue en muchos años, y a través de sonrisas y lágrimas, de penas y alegrías, de tantas cosas buenas cosas malas.

Recuerdo cuando Shaadi nació. La noche era oscura y el viento anuncia su llegaba. Su cuerpo y su alma, Yakshi, estaban unidos en un solo ser. No lloraban porque estaban felices, pero cuando llegué yo, rompí esa unión y las separé.
Lloraron pidiendo ayuda, pero nadie las entendió.
En cierta forma crecimos juntas, las tres, y cada año era mas difícil seguir juntas.
Nuestros pensamientos eran distintos sentíamos que ya no podíamos estar en el mismo cuerpo y una de nosotras debía de irse, o Yakshi o Maheva, que soy yo.
La pregunta fue ¿quien?, la respuesta fue Yakshi. Entonces yo me quede en el cuerpo de Shaadi hasta el dia de hoy.

He vivido como humano y descubrí nuevos sentimientos como tal. Durante las noches, mientras Shaadi dormía, me encontraba con Yakshi y las dos jugábamos juntas en nuestro templo. Siempre le pedíamos a Visnú por los sueños de Shaadi para que siempre sean puros y buenos, y él siempre las escuchó...y es que lo único que se conservo limpio en ella fueron sus sueños.
Cuando Shaadi cumplió los 15 años viajo. Se fue lejos de la india y, auque sin saberlo me llevo con ella, yo siempre regresaba para encontrarme con Yakshi. Su viaje fue muy largo. Recorrió muchos lugares hermosos pero no aprendió nada.
Estuvo en templos y hogares pero ella no quería eso, ella quería otra vida.
Soñaba que podía cantar libremente, que podía ir a estudiara en una exclusiva escuela para señorita y que podía ir a bailar a aquellos lujosos salones a los que iban los millonarios ingleses en la india. pero su vida fue difícil. Estuvo sola por mucho tiempo y a pesar que era bella y joven, nunca tuvo ganas de hacer nada.
Todo los días se sentaba a soñar y, ante tantas necesidades, opto por lo mas fácil. Yo trate de evitarlo, pero ella se dejo llevar por sus repentinos desenfrenos. Sufrí mucho, mucho al verla caer, pero ella no me oía, supongo porque yo no soy su verdadera alma.

Yo escapaba de su cuerpo cada vez que entraban los hombres a su habitacion y regresaba a ella cuando volvía a soñar, cuando volvía a ser pura su vida y ella era feliz soñando.
Pasaron algunos años y Shaadi ya tenia 20. Su belleza reflejaba esa frescura como siempre, y su piel era tan lozana que no parecía que por dentro ella tenia ganas de morir. Su vida ya no tenia sentido hasta que apareció una nueva esperanza para ella. Esa esperanza era Philip.
Shaadi se habia enamorado de él. Philip siempre la buscaba. Desde que la vio sintió algo especial por ella. Encontró en Shaadi algo distinto que no habia encontrado en otras mujeres, pero lo que sentia por ella no era amor, era oto sentimiento. Era un deseo.
Shaadi se entrego a el por completo, aun sabiendo que el no la amaba. Para Philip ella solo era un medio para conseguir dinero obligándola a hacer cosas que ya no estaba dispuesta a hacer. El tiempo pasaba y el sufrimiento de Shaadi se hacia mayor. Aquellos sueños que envolvieron todas sus ilusiones se estaban desvaneciendo junto con su vida.


Tuve ganas de arrancarla de este mundo, de hacerla volar por el cielo, de llevarla al mundo de Yakshi. Sin embargo sabia que no era posible, porque ella es humana. Fue entonces cuando acudí al encuentro de Yakshi y le pedí que me diera a su querido elefante Indra, quien lleva el nombre de uno de nuestros dioses encargado del aire que nos rodea.
Yakshi vio nacer a Indra y supo que el no era igual a los demás de su especie. Por ello no lo dejó, sin embargo ahora lo dejaría ir conmigo ya que el amor que ella sentia por Shaadi era mas fuerte y tal vez esta seria la única oportunidad para salvar la pureza de sus sueños. Asi Indra y yo entramos a los sueños de Shaadi y volamos juntos. Fue la primera vez que sentí que ella era feliz.


Como hubiera querido que Shaadi jamás hubiera conocido a philip. Ese hombre le destrozo su vida y todos esos anhelos que ella guardaba. No voy a poder olvidar cuando Shaadi le dijo a philip que ya no quería seguir haciendo lo que el le exigía. Pero philip no la entendió y la golpeo sin tener compasión de ella y del gran amor que sentia por él. Yo salí del cuerpo de Shaadi para ayudarla, trate de detenerlo pero era inútil; las almas no pueden tocar a los humanos.
Tal vez si Yakshi hubiera estado allí todo hubiera sido distinto, tal vez no hubiera muerto aquella vida que Shaadi llevaba en su vientre.
Philip se marcho para siempre. Lo mas probable es que haya retornado a Inglaterra con aquella otra mujer con la que se involucró.
Lo único que le quedó a Shaadi era llorar días y noches por él. Su vida carecía de importancia en ese lugar. Buscó entre las pocas cosas que le quedaban y tuvo suerte de encontrar algo de dinero pues Philip se habia llevado el poco que ella tenía.
De esta manera llegó el momento en que Shaadi volvió a reencontrase con su tierra. Vio que todo estaba como lo habia dejado. Su pueblo, el árbol en cuyas ramas de niña jugaba, el templo en el que oraba. Nada habia cambiado, lo único diferente era ella.
Shaadi enfermo. Una noble mujer la acogió en su casa al ver el estado en el que se encontraba. Ha estado en cama por bastante tiempo y durante este tiempo me he mantenido junto a ella, hasta que tuve que ir a buscar a Yakshi.
Yakshi y yo intentamos danzar con las flores y cantar con el viento como solíamos hacerlo antes, pero no podíamos porque el dolor de Shaadi tambien es el nuestro.
He optado por quedarme fuera del cuerpo de Shaadi mientras que Yakshi ha vuelto al lugar en el que siempre debió estar, dentro de ella.
Ahora que estoy fuera del cuerpo de Shaadi y sé que nunca más regresare a el, siento que la extraño. Pero puedo afirmar que soy feliz porque sé que Shaadi y Yakshi han vuelto a juntarse, formando nuevamente un solo ser como en el momento que nacieron.

-¿ Quienes son ustedes?- pregunto Shaadi con voz débil y con sus oscuros ojos casi abriéndose despues de tanta agonía.
-Yo soy Yakshi
-Y yo soy Maheva- le respondí
-No sé porque siento que las conozco...- pensó Shaadi.
- Quizás somos nosotras las que te conocemos _ le dije

Nos tomamos de las manos como tres almas mujeres que éramos y salimos de la casa como niñas.
A lo lejos se podría escuchar nuestras risas al danzar con las flores que tanto queremos y nuestra voces al cantar con el viento.

Creo que ya se cumplieron los sueños de Shaadi. Quizás no estará bailando en un lujoso salón, pero danza con nosotras y por fin entona libremente la Canción de nuestros sueños.