Cada vez que muero... veo arder tu cálida figura que con formas gráciles clama por el viento que nace de mi espalda. Cada vez que muero... veo caer mi alma desangrada que con llagas cortantes me reclaman piedad con cada roce de tus manos. Cada vez que muero... veo nacer caricias de tus labios que con la tibia brisa de tu aliento guian las velas de mi infante anhelo. Cada vez que muero... veo morir la noche conmigo que con el primer soplo de luz en el otoño nace el dolor de no poder morir contigo. "Por el vano placer... no, por el placer en vano"
Texto agregado el 24-03-2005, y leído por 244 visitantes. (7 votos)