Inicio / Cuenteros Locales / Sileno / Dolor
¡Oh, dolor!
Inesperadamente llegas a nuestras vidas traicionero; abates nuestro espíritu, lo llenas de desánimo y cundes por doquier desesperanza.
Quieres dar la sensaciòn, a veces, de ceder en tu empeño y dar descanso, pero vuelves a poco, macerando. ¡Efímero espejismo, que se esfuma!
El ente dolorido, en lo más íntimo percibe tu zarpazo y se acobarda. Impera el miedo; y, en tal estado de ánimo, apretada en un puño mora el alma.
|
Texto agregado el 24-03-2005, y leído por 102
visitantes. (0 votos)
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|