Ayer olvidé como dormir
Por temor a soñar,
Ayer olvidé como respirar
Por temor a suspirar
Ya hay más noches en vela,
Más cartas en espera,
Son menos las esperanzas que aún quedan.

Cuando los sueños eran de papel
Y el suspiro la afable tinta,
Dibujaba una esperanza.
Pero cuando los sueños se vuelven piedras
Y los suspiros un cincel,
Ya no cabe más esperar un amanecer.

Simplemente la vela me hace dudar
La veracidad de la tierra,
La falacidad de un entierro
Y la incertidumbre de la espera.

En los sueños perdí tú retrato,
Oh, vida mía.
En el suspiro perdí tú agonía,
Oh, alba siniestra.

Tal vez sea la luna,
que el llanto,
interfiere su canción de cuna;
Vacíos son los coros
En su trono de celestial infierno
Al rayar el alba.

Si un ala de dicha sorprendiéseme
Volaría hacia el recuerdo
del aversivo insomnio
para poderlo olvidar,
Y recordar que son los sueños
para su velo alar.
Y sembrar un suspirar
Bajo el riego de una lágrima,
Bajo el arar de la esperanza.