Hoy me ha costado muchísimo escribir. Tanto en el tedioso trabajo como en el empeño de hacer un simple tecleado para digitar la dirección de una página web. La mano derecha me molesta. Está más débil.

Por eso es que no podía llegar a www.mis cuentos.net. Pero hice un gran esfuerzo pues no puedo abandonar esta tarea ociosa y grata para el alma como dejar un montón de palabras hiladas con sentido para el deleite o disgusto de los ilustres lectores. Y, por cierto que tampoco dejar de leer lo que ustedes, con empeño, gracia y talento dejan a la vista de esta distante visita.

Pero la mano derecha me juega una mala pasada y lo que tengo en la mente no lo puedo vertir en esta página virtual que a cada momento la veo más difícil de llenar con lo que quiero decir.

No es el computador. No es el teclado. No soy yo. Es mi brazo derecho como expliqué. Algo le roba la fuerza...y me canso.

Ni imaginan cuantas horas llevo en este intento. Que cada letra que digito me duele más.

Ahora estoy pensando quién puede ser.

No lo he alimentado hoy. Tampoco ayer. Si no le traigo semillas de maíz cada día y no se las doy a sus horas me pega un mordisco.

Pero hoy está más agresivo que nunca. No me creerán pero acabo de mirar mi palma derecha y tiene dos agujeros. El ratón me está succionando la sangre. Mi mascota se ha rebelado.