un río bajó hasta mis pies y serpenteó mi cauce un río de fuego ardiente subterráneo y penetrante nació de mi cabeza y deshojó mis sentidos ahora camino herido con una sonrisa solapada me ardió un deseo por dentro de sal y pelo ahumado las alas de mis costados se batieron así cariño y frenesí candor y desconcierto mi corazón yo te lo ofrezco por si te puede sevir no te voy a mentir y que se desborde mi río le hago el quite al hastío buscándote a tí
Texto agregado el 22-03-2005, y leído por 280 visitantes. (7 votos)