Esto no es un duelo, es una mofa vana
decrépitas tus cruces, tu luz y tu ciudad
fachadas de ladrillo y música incolora
brazos y relojes que me mojan al pasar
y la indigna risa de las pulcras callejuelas
giratorias las entradas y las pisadas de rutina
cíclica alegría, como todos, pasajera
y los guías titulares de la ronda matutina
lo mío no es una mofa, es un duelo sabio
estúpido como la frase que buscase sabiduría

lo impreciso te llena de desconcierto inconcluso
aquello que no se calcula y se aprecia sin prisas

la buena y doña Decencia yace bajo la tierra
y sonámbulos demacrados emergen marcando el temblor
de rejas y contraseñas se viven las utopías
abrácense formando un columpio con las venas sangrando sus guerras

...y al pasado marchito flotando ahogado
lo cubren cenizas interrumpidas por huellas
adquiere la cara de risa mojada
es una gran burla queriendo ser bella
tiene sus olores demasiado marcados
sus heridas supurando de a poco se hinchan
es triste tu calle mortuoria y celeste
un pasillo desnudo que agoniza nublado...


y así como recorremos este viejo manicomio
avanzamos disimulando esta nueva cabina
grises barrotes dibujan la senda
de postes y canchas y dos puertecillas
las que necesites para tus velorios
la hora en papel certifica tu huída
acuéstate todas las veces que quieras
y la celda es la misma pero en otra cabina
descuelga y babea, balbucea y disca
arrastra tus anclas como arado inexperto
siembra las fallas que te sorprenden más tarde
alzando la mirada embarrada y dolida
la confusión ronda las tierras lejanas
dejando al sopor transportar nuestra vista
el ser fluye de luz y tinieblas
y viaja espontáneo cruzando la línea

traspasar el muro no es tan difícil
a veces el miedo no se aparece
entonces sucede, un paso, un tropiezo
se vuelve envuelto en aroma triste

seguimos tal vez en el mismo salón
lúgubre silencio de blancura mortecina
la escena o uno, qué se desplaza
son más pabellones de esta casa en ruinas
esta lucha sin sentido no acaba mañana
aunque aprieten la camisa y las correas de la cama
elegir de buena gana si rodar o desistir
transgredir tus divisiones y esta habitación malsana
por sus seis complejas caras recorrer el cubo blanco
las puertecillas se abren sin apuro al caminar
no más vuelos dormidos entre futuro y pasado
aquellas cosas que han muerto sereno saber enterrar
pero todo eso, lo que nos fue manchado
cuando aprisionba a nuestra alma un oscuro malestar
que nació de nosotros o que fuimos atacados
todo lo que nos completa debemos resucitar
y si nuestros lenguajes ahora no reaparecen
servil incógnita gris, decrece tal vez la herida
¿sigue siendo una mofa u otro duelo que se suspende?
no sabré tan perdido, si preparar esta vez la partida.


1998