Hay un aroma que se aferra a mis paredes,
es el mismo que tatuó mi alma.
Y cuando me decís que me calme y me abrazas,
entiendo porque beso esas paredes cuando no venís.
Es la misma razón por lo cual
sigo vivo,
intentando,
buscando
y
riendo.
Estuve de visita en aquella ciudad.
Jugando al gran artista.
Faltándome el respeto.
El idiota del pueblo fingiendo ser astuto.
Me hospede en un hotel y no encendí la tele.
La ventana daba a Rivadavia.
Todo olía a lavanda,
todo estaba ok.
Pero faltaba eso,
no pude decir más...
tuve que regresar,
(A cuestas con mi alma tatuada)
con
vos
y mis
paredes.
Texto agregado el 21-03-2005, y leído por 126
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
21-03-2005
ohh que bonito, que de sensaciones encierra o a mi al menos me despierta... un susurro (*****) susurros
21-03-2005
Hermoso!!! katya
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