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Inicio / Cuenteros Locales / Campesina / El Rey Arquitecto del Palacio Perfecto

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Hace mucho, mucho tiempo, en un país muy lejano, existía un rey llamado Rey Arquitecto, que se deleitaba en lo bello y en la perfección. El Rey Arquitecto era un rey de muy buen corazón que disfrutaba de placeres típicos de reyes como la buena comida, el buen vestir, las joyas, los viajes, las grandes fiestas y de construir belleza y perfección.

Por este motivo él construyó un bello palacio blanco (el Palacio Perfecto), con lámparas de cristal, piso de mármol blanco, alfombras de piel de camello blanco, bellos muebles de color blanco, mucho oro, plata y detalles en perlas blancas y diamantes por doquier y 150 empleados se encargaban de limpiarlo y de mantener (50 mucamas colaboraban también con el mantenimiento de las 75 habitaciones del palacio).

El Rey Arquitecto estaba casado con la Reina Amorosa y un día fueron bendecidos por Dios con la llegada de su primer y único hijo, y como el Rey Arquitecto se deleitaba en la belleza y la perfección, se encargó de que su hijo fuera también bello y perfecto.

El Príncipe Precioso vivió su vida entre maestros que se encargaban de enseñarle lenguas lejanas (podía hablar 23 idiomas distintos), cultura, religión, historia, ética, deportes y música (podía tocar mas de 15 distintos instrumentos entre los que se encontraba el piano, violín, la flauta dulce, el cuatro, arpa y maracas).

El Príncipe Precioso tenía muy buen corazón, era bondadoso, generoso, comprensivo, amable, bello, atlético... en fin, su padre se había encargado de criar y conseguir un bello y perfecto hijo.

Un día cuando el Príncipe Precioso cumplió 25 años decidió salir por primera vez del Palacio Perfecto construido por su padre, porque decidió que era tiempo de conseguir una esposa que en el futuro pudiese compartir el trono, su vida y el Palacio Perfecto con él.

En su caminata por el bosque el Príncipe Precioso se encontró con una bella muchacha de largos y brillantes cabellos negros, que colectaba frutas en el bosque.

Campesina, era su nombre, hablaba otro idioma pero afortunadamente era uno de los 23 idiomas que el príncipe había aprendido desde que era muy niño. Campesina venía de una familia muy humilde y ella había aprendido a disfrutar con su familia de las cosas simples de la vida como la libertad, tener una cama suave y cálida para dormir en la noche, hablar con sus amigos, comer de la fruta fresca y silvestre del campo, pescar los peces del mar reunidos alrededor de una fogata con toda la familia mientras cantaban canciones para atraer a los peces del mar, dormir en la cama con sus padres y placeres que no podrían ser entendidos por la realeza.

Campesina al ver al Príncipe Precioso quedó encantada con su belleza y tras una corta conversación, también quedó encantada de su amable corazón. Sin embrago ya se hacía de noche y el Príncipe Precioso le dijo a Campesina que tenía que regresar al Palacio Perfecto y que si podía acompañarlo para decirle a su padre que no se preocupara por él, y que luego regresarían juntos al bosque para que ella pudiera estar en su casa.

Como ninguno de los dos quería que este mágico momento terminara, Campesina aceptó acompañar al Príncipe Precioso a su palacio y apresuradamente se fue, sin decir a sus familiares ni amigos hacia donde se dirigía, pues ella pensaba que estaría de regreso en menos de una hora.

Pero lo que ella nunca se hubiese imaginado era lo que le esperaba...

Ella entró al Palacio Perfecto, y contemplo la belleza y perfección que la rodeaba y entonces ella se sintió más fea y harapienta que nunca. Sin embrago el Príncipe Precioso no sólo miraba las cosas bellas que había en ella sino su noble interior.

Según lo previsto, la pareja se disponía a regresar al bosque sin saber que el castillo tenía un encanto, que había sido conjurado por el Rey Arquitecto cuando construyó el palacio y que mantenía la perfección de tanta hermosura, nada imperfecto podía salir del castillo, y ella entonces en su imperfección no podía salir del castillo y a pesar de que el castillo tenía 14 puertas y 257 ventanas, ellos no fueron capaces de abrir ninguna de ellas.

La pobre Campesina inundaba el palacio en llanto, pues quería regresar a ver a su familia y el Príncipe Precioso trababa de ayudarla a regresar al bosque sin ningún éxito. Todas las salidas y ventanas estaban selladas y ella sólo podría salir cuando alcanzara la perfección.

La infortunada Campesina ni siquiera sabía el significado de la palabra perfección y debía encargarse de alcanzarla.

El Príncipe Precioso solicitó ayuda a su padre El Rey Arquitecto, quien les confesó el hechizo “nada imperfecto podrá salir del palacio y si el hechizo es eliminado, también lo sería el palacio y todas sus riquezas”, así que propuso ayudar a Campesina a alcanzar la perfección, para lo que le puso a su servicio a dos mucamas que se encargarían de guiarla. Las mucamas se llamaban Maruja la Pesimista y Mariana la Optimista.

Maruja la Pesimista se encargaba de recordarle lo terrible que era su vida y las cosas que tenía antes, y Mariana la Optimista se encargaba de recordarle que pronto alcanzaría la perfección, podría salir del castillo con el Príncipe Precioso y buscar nuevamente a su familia.

El Príncipe precioso tenía una agenda ocupada para poder mantener el nivel de perfección exigido por el Rey arquitecto y sólo aparecía repentinamente en alguno de los cuartos una vez a la semana cuando podía escapar cortamente de alguna de sus maestros.

El Rey arquitecto preparó para ella también un apretado plan para que ella pudiese alcanzar la perfección y ella deseosa de poder salir del castillo y regresar a su familia con su Príncipe Precioso, acepto cumplir al pie de la letra el entrenamiento.

Debía levantarse a las 4:30 a.m. tomar una ducha de 25 min. A las 4:55 la mesa estaría servida, su peso sería medido cada 8 horas y sólo podría comer los alimentos indicados en el orden indicado a la hora indicada. El tiempo para comer: 35 min. Nadie debía hablar en la mesa y todas las reglas de modales debían ser cumplidas (aun cuando ellas no las conociera cada vez que cometía un error era golpeada por el cayado del Rey Arquitecto, al igual que cualquiera en el palacio que cometiera un error, incluyendo a la Reina Amorosa).

Aún cuando ella no decía ni una sola palabra, sus ojos sólo se llenaban de lágrimas pensando en su familia y si realmente algún día podría salir del castillo y si es día Príncipe Precioso realmente la acompañaría cuando ella pudiese salir.

Su día trascurría en una actividad tras otra, una agenda con los minutos contados, historia, cultura, idiomas, deportes, etc.

El plan había sido perfectamente construido por el Rey Arquitecto y las dos mucamas Maruja la Pesimista y Mariana la Optimista la ayudaban a seguirlo.

Una vez que la campesina aprendió uno de los 23 idiomas requeridos para poder hablar con las mucamas, empezó a entender lo que ellas decían. Mariana era muy buena y la alentaba, “no te preocupes que pronto saldrás de aquí, esfuérzate y lo lograrás”. Maruja la Pesimista, le recordaba todo lo que había dejado atrás y le decía que nunca alanzaría la perfección y nunca más vería a su familia y si algún día podía salir del castillo, sería ya muy viejita cuando sus familiares y amigos la hayan olvidado y sin el Príncipe Precioso.

Sus días pasaban en llantos y esfuerzo....

Un día Maruja la Pesimista le dijo que le tenía un regalo, una bola de cristal, donde podría ver a su familia y amigos. Campesina brincando de alegría de poder ver a sus familia después de tanto tiempo aceptó el regalo, pero en la bola de cristal lo único que pudo ver fue que sus amigos no la recordaban, ni siquiera se habían dado cuenta de su ausencia, nadie la extrañaba, sus hermanos la recordaban pero empezaban a olvidar su nombre...La pobre Campesina ya había entrado en el olvido.

Sus días pasaban en llantos y esfuerzos....

Pocos días después Mariana la optimista le regaló también una bola de cristal y en ella pudo ver a sus padres que la buscaban desesperadamente en el bosque.

Entonces Maruja la Pesimista le dijo que le tenía un nuevo regalo, un túnel mágico que sería puesto en la ciudad de donde ella venía. Sólo la primera cosa que ella pusiera en este túnel llegaría a Pueblo (de allí venía ella y por eso su nacionalidad era pueblerina), donde su familia y amigos vivían, nunca más podría enviar nada, pero lo que fuera colocado llegaría a Pueblo (pero no podía ponerse ella misma para regresar a Pueblo, porque el túnel era muy angosto).

Ella nuevamente brincando de alegría aceptó el nuevo regalo. Ella pasó varios días y noches pensando que debía ser lo que ella le enviaría a su familia, les enviaría oro joyas y diamantes, les enviaría la dirección de donde estaba el castillo para que fueran a rescatarla y luego pensaba: ¿cómo saldrían todos del castillo? (tal vez entonces todo el pueblo debería vivir con ella en el castillo). Les enviaría la dirección a su familia y poderla ver desde la ventana, así que ella decidió escribirles una carta con la dirección y pidiéndoles que por favor pusieran sus mensajes en el túnel mágico, explicándoles que ella no podía salir del Palacio Perfecto hasta alcanzar la perfección y no podría escribir más mensajes, pero que todas las cosas o mensajes que la gente de Pueblo pudiese colocar en este túnel le llegarían y ella lo recibiría con mucho gusto, pues eso era lo que ella más valoraba de su vida en Pueblo. También les escribió sobre cuanto extrañaba a su familia, amigos y todo lo que Maruja la pesimista siempre le recordaba, de cuando vivía en Pueblo y de cómo Mariana la Optimista le daba ánimos para que siguiera esforzándose.

Después de que la campesina envió este mensaje ella pensó que iba a recibir muchos mensajes de vuelta, que iba a saber de su familia y amigos y que todos se alegrarían de saber que estaba viva y sólo ausente, pensaba que tal vez hasta recibiría fruta fresca o incluso que la irían a buscar. Así que pasaba todo el día esperando frente al túnel mágico, pero nada llegaba, pensaba que tal vez era un engaño de Maruja la Pesimista y que tal vez nunca nada llegaría. Pero un día le llegó algo, una voz que decía que uno se sus 14 hermanos estaba bravo con ella porque ella olvidó limpiar la mesa antes de irse....15 años habían pasado desde que ella salió ese día de su casa para ir al bosque, y su hermano seguía bravo con ella. Nadie le enviaba nada, pero ella seguía esperando.....

Lo que nunca nadie supo es que su tristeza era el único punto en la agenda para poder alcanzar la perfección y quedar liberada del hechizo del Palacio Perfecto, sin embargo ella esperaba y sigue aún hoy esperando, después de muchos, muchos años, alguna respuesta, para que ese momento de alegría rompa su largo hechizo.

Tal vez hoy tú también tengas un familiar o un amigo Campesino o Campesina, quién te haya enviado desesperadamente un mensaje, utilizando su única oportunidad por encontrarse encerrado en un castillo encantado y tú tal vez aún no hayas respondido a sus llamados… Lo bueno, es que nunca es tarde para romper el hechizo de la soledad.

Texto agregado el 21-03-2005, y leído por 2987 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
29-11-2008 Tiempo para leer tu cuento. ¿Los simbolos al final de los Haiku son groserias sensuradas por el sitio? Necesito un favor campesina. Algo me debes enseñar. shingtso@hotmail.com Soy nuevo aki shingtso
10-02-2006 uno de los mejores textos que he leído en el sitio...me gustó...***** veguero
02-06-2005 tal vez la campesina deba repetir el siguiente conjuro milenario, transmitido de generación en generación por sabios antiguos de laaaaaaargas barbas blancas: "Ya me tienen hasta la %#$%&$%&$, con su #$%&&$%#&, perfección, misma que se pueden meter por el %#"%#%%"%3, por que yo ya me voy a mi casa, ¡y tú, si tú, princesito, si me quieres acompañar, ámonos!!!, con ello ¡¡se rompe cualquier hechizo!! --viNcHO--
26-04-2005 Creo que el cuento ha ganado textura. Lo leo mejor. Bien campesina por ti...eres un hechizo en tus letras... aukisa
20-04-2005 Ingrese un minuto a tu página y ya estoy aqui más de media hora y sigo. Asi es cuando se encuentra uno con palabras que nos habráa gustado escribir. Asi es cuando se descubren voces broncas llenas de ternura, de oficio, de talento. Añado algo, quiza la moraleja final le quita fuierza al trabajo, lo convierte en un relato cuando bien puede ser un cuento. Y los cuentos no tienen moralejas escritas. Sigo... aukisa
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