Inicio / Cuenteros Locales / Villa / Pero en cambio y al final... Te quiero.
A la extraña melodía
de tu piel ungida en miedo
le sorprenden mis miradas
vestidas de terciopelo.
Las impávidas respuestas
ante tanto descontento
emanan leves fragancias
y entre suspiros intento
recordar que te quería
como quería tocar el cielo
y palpar ebrio el olvido
para correr de nuevo el velo
de tamañas melodías
que embriagaban mis sentidos.
Adoptemos la locura
como el único remedio
como panacea, cura
ante nuestro mutuo asedio.
Y no volvamos nunca,
te juro que no lo haré yo,
a mirarnos a los ojos
ni a besarnos en la nuca.
No tendrás nunca más
un alma mirando a la tuya
y llorando por no ser mía
y que la mía no sea tuya.
Mas no es mía la mía
y la tuya desde el séptimo cielo
me incita infantilmente:
sursum corda.
Pero ves desde ahí arriba
como me hundo en el suelo
mientras imploro inútilmente,
tal vez si con voz de alondra...,
por una mirada sincera
por un beso en la boca
por pegarme la vida entera
contigo encerrado en tu alcoba
adivinando con mis labios de cera
tu joven, robusto cuello de roble y de amapola.
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Texto agregado el 20-03-2005, y leído por 142
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