Pump! Pump! ( Mi corazon)

Caminaba de vuelta a casa. Pensando. Quince minutos es suficiente para meditar. Pensar en estupideces. Echar de menos y admirar a la niña que fui. Decepcionarme por lo que soy ahora. Y planear lo que me gustaria ser. Buscar el camino de vuelta a mis origenes, a mis principios, a mi esencia. Volver a ser yo por encima de todo. Y me da mucha pena decepcionar a mi yo de diez años. Instinto maternal hacia mi pasado.

Y en medio de la nada, aparecio un poeta. Sentado en la acera, recitando sus verdades. Los hombres grises caminan a su alrededor, sin tocarlo. Y nadie lo vio.

Quise sentarme a su lado. Mirarlo a los ojos. Escuchar al chaman que lleva dentro. Abrazarlo. Solo un ratito. Sentir la tierra bajo mis pies, sentir el aire al respirar, sentir el alma al marchitarme. Pero no pude.

LLore un rio. Y tampoco me vio nadie.

Y quisiera abrazar a los que pasan hambre, a los que pierden trocitos de su corazon, a los que atraviesan un oceano por una ilusion. Y no tengo tiritas para el mundo entero. Y me duele. Me duele pertenecer a la masa que se sienta a ver que pasa. Y decir: que pena.

Y ahora... con el corazon calefaccionado. A salvo, en mi cueva. Me arrepiento. Me arrepiento de lo que no hice. Me arrepiento de no ser lo que quise. Me arrepiento de irme a la cama y dejar al poeta, a los que pasan hambre, a los que cruzan un oceano y a los que pierden trocitos de su vida. Olvidar es tan facil. Y mañana... mañana es siempre nunca.



Te he echado de menos.