Cuando se quiere herir, pero bien herido, las personas sabe donde dar para que duela, por ello el insulto nunca es gratuito, suele estar bien elaborado. La gente estudia al otro, al que tiene en frente, antes de insultar, lo analiza, lo estudia y una vez ha sacado sus conclusiones suelta la víbora por la boca. No crean que ese análisis es largo, no, normalmente se realiza en un instante, segundos, incluso milésimas. Además varía dependiendo de quién a quién vaya dirigido, si quieren puedo mostrarles algunos ejemplos:
-Si un hombre va conduciendo su automóvil y otro vehículo se le cruza inesperadamente, el insulto no será inmediato, tardará un tiempo en salir de su boca, hasta que vea si el otro conductor es hombre o mujer. Si es mujer no le soltará un insulto fuerte, será algo peor, algo así: “mujer tenías que ser...", no creo que haya algo que le duela más que eso.
En cambio si es hombre el insulto va dirigido directamente a su cabeza: “cabrónnnn".
-Cuando una mujer insulta a otra mujer directamente la cosa se puede poner muy fea, pero que muy fea, porque se va a dar en el centro del alma, no se menciona a la madre, ni al marido, no, se ataca a donde una mujer puede hacérsele salir de sus casillas. Se pone muy cerca, la apunta con el dedo y le dice: “tú, lo que eres, es una guarra...", después de eso ya no hay más insultos, solo mechones de pelos por los suelos.
-A los hombres, cuando insultan, lo que más les gusta es hacer un repaso por la familia del que tiene en frente, le rehacen el árbol genealógico de cabo a rabo, primero se acuerdan de sus muertos: “me cago en tos tus muertos", después del padre: "tiene más cuernos que tu puto padre", la hermana: "tu hermana es más puta que las gallinas", hasta que se llega a lo más sagrado para un hombre, su madre: "hijo de la gran puta que te parió", entonces ya no hay vuelta atrás...
-La impotencia, y no me refiero a la sexual aunque también podría ser, provoca insultos dirigidos a las más instancias, y que más alta instancia que Dios y su corte celestial, cuando uno ya no puede más abre la boca y..:"¡me cago en dios, la virgen y en san pedro bendito!", claro que este tipo de insulto no lo provoca solo la impotencia ante algo, también cuando te machacas un dedo clavando con un martillo.
Yo les recomiendo el insulto, uno se desahoga y suelta el estrés, es gratis, no hay que poner posturas raras como en el yoga y además no es necesario que te pelees con nadie, te buscas un turista japonés(lo digo porque están por todos lados), te colocas en frente y con una sonrisa en la boca te cagas en su puta madre y en el cornudo que lo engendró y te quedas más a gusto que un cochino en un charco.
Hasta la semana que viene y disfruten de la vida.
Juan, Rodrigo, nos vemos el jueves...
Luis Barrasa Martínez(Barrasus) Sevilla 20 de marzo de 2005
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