Cuando lo tienes cerca lo dejas, cuando la distancia los separa, lo extrañas y cuando la muerte lo invade, te acuerdas de lo poco que vivieron. y el llanto destroza esos ojos de cristal que dejaron de brillar desde que él murió, desde que él te dejó por que Dios se lo llevó en el momento indicado para él, pero en el injusto para tí. pero él te extrañaba más por que tú lo dejaste de lado sin saber sus sentimientos, hasta que un día lo perdiste y tú extrañándolo ahora que no regresará. a pesar de que un día te dijo que estaría esperándote toda la vida, y tú ni caso le hiciste, y ahora que se fue tú llorando te quedaste. sin que te dieras cuenta sentías un aire helado que te recordaba a él, que te decía que él estaba a tu lado, y solo tratas de seguir sus pasos, sin encontrar la entrada hacia donde él te seguirá esperando, pero ahora ya nada impedirá su partida.