El trauma de todo niño pequeño es no tener un hermano con quien jugar y con quien pelearse. Ese trauma que les digo lo viví durante los primeros años de mi vida, pero después me di cuenta que hay personas que pueden sustituir ese papel tan importante.
Hay personas que se pelean contigo y a las dos horas se vuelven a reconciliar. Hay personas que juegan contigo y terminan peleándose por el control del play-station. Hay personas que te dan de “sapes” cuando mas los necesitas. Al igual, también hay personas que te apoyan cuando estás nervioso, cuando estás a punto de presentar una gran prueba. Hay personas que viven y sufren contigo cada detalle de tu vida. Hay personas que te suben a la gloria aún sin tener alas y que no sabes como pagarle a la vida de haberte puesto a esa persona junto a ti. Hay personas que te mueven el corazón y los quieres y darías absolutamente todo por esas personas. Hay personas que han dado muchas cosas por ti y lo seguirían haciendo. Y yo... Yo le doy gracias a la vida porque puso en mi camino a una persona muy especial, muy dulce y muy divertida.
Gracias Gabriel, porque además de ser mi primo, eres mi amigo, eres mi hermano y eres mi ángel...