...y aún espero que aquél príncipe venga a rescatarme
A rescatarme de esta pundorosa pesadilla
en la que ni un rayo de sol trasapaza las fuertes barreras
y con lágrimas me encadeno.

Aún te espero en el castillo que el dragón custodia,
Aún espero vuestros ojos resplandecerme el horizonte
y que vuestro abrazo cese el frío de estos húmedos ladrillos
Que sin piedad me ha sido atada a ellos.
Aún espero ver vuestra sonrisa y vuestros labios que sin decir palabra alguna
Consuelan este llanto de infinitas lágrimas descontroladas

¡Oh!, prestigioso caballero aún sigo teniendo vuestro recuerdo
Un recuerdo creado por la desdicha y la soledad
Es esto más que un cuento de hadas, eso lo sé.
Entre el infinito acantilado y el mar que ha ocacionado mis lágrimas
Me encuentro esperando vuestras caricias que jamás tocaron mi piel
más tocan mi fé y se adentran hasta el corazón maldito

¡Rescatadme! ¡Rescatadme! Que el dragón de los recuerdos
Me acecha hasta atraparme en el fondo de la desdicha.
No fuí yo la que fue arrancada de aquél imperio resentido
Fuí yo la que se condenó a vivir encadenada a un castillo
Soy yo la que aclama vuestra voz día a día
Con un sollozo, Con un susurro vuestro jamás sentido en mi oir

¿Qué acaso me habeís olvidado como el alba?
Que ya no sale a buscarme ni abrazarme con su cálido aliento
Ya ni el crepúsculo de mi tierna luna me hace suspirar
Pero aún, agonizante, le aclamo.
Creí haber sentido vuestros pasos retumbar dentro de aquél corredor oscuro,
hogar de almas y susurros inexistentes
Que los muros crean para evitar la soledad.
Creí que pudieron haber sido vuestros pasos
¿Qué podría haber pensado yo?
Que después de tanto tiempo de ser privada al silencio
Este vuelva y se rompa al escuchar mi corazón latir.

¡"Encontradme"! -Gritaría-. Más, yo sé que vuestros ojos no me buscan
Mi corazón es quien le busca.
Aunque el silencio se fuese al escuchar mis latidos
El regresó y ha sido eterno desde entonces.

Entonces, ¿Con qué esperanza aún aclamo su suspiro?
¿Qué habría yo de saber?
Pero aún así, sentada, poso mi mirada en aquel espejo
En el que puedo ver a través de mis ojos
Un umbral de sollozos
Que buscan encontrar vuestra luz para que refleje el horizonte
Y así, el alba poder nacer.