Salidas

El sonido seco de los golpes en la puerta hace que te levantes de inmediato creyendo que al fin las visitas que has estado convocando mentalmente a lo largo de tu vida llegaron.
Pero no fue así… de nuevo no es para ti.

Te sientes molesto, casi iracundo. Y no es con tu hermano, como tú crees, es contigo mismo por odiar tu presente y no hacer nada por cambiarlo.

Lo mismo pasa con el teléfono y te preguntas cómo alguien que pasa tan poco tiempo en su casa recibe tantos llamados.
Piensas que la vida no es justa pero de tanto vivirla ya te estás acostumbrando a siempre ser segundo.
Te preguntas cuándo terminará y ves en las cuchillas tu única salida, aunque prohibida.
Tu único control.
Pero de nuevo tocan a la puerta. Talvez esta vez sí sea para ti.
De todos modos nada pierdes manteniendo la esperanza.