la estacion de trenes esta vacia
colillas de cigarros sobre el suelo
perros vagos, viejas vendiendo bebidas
viejos mendigos
charlando con dios por telefono
viejos obispos
caminando con sus biblias y la tentacion
entre sus pantalones
la magia
se va de sus ojos pintados,
las calles tragicas y solitarias
en momentos de otoño
los amigos esperan por mi del otro lado
jovenes y necesitados
de una diversion etilica
de una miserable vida coloreada
del enamoramiento inconcluso
de corazones grises,
la ciudad ahora despierta
con las angustias y depresiones tipicas
despues de la tempestad
sale el sol que tuesta las espaldas y las manos
de mis queridos fantasmas.
Texto agregado el 18-03-2005, y leído por 98
visitantes. (1 voto)
He leido tu relato, y es la viva imagen de quien mira la vida del otro lado de la vereda. Es la sensación de vivir masticando las alegrias viejas, el olor a resaca, y los ojos nublados en alguna visión lejana. Pero no te preocupes que despues de la siesta, todo se pasa, y el sol sale y los pajaros trinan...jejejeje Saludos. maestrodelasmarionetas
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